El Madrid de Corpus Barga (2)

El Madrid de Corpus Barga se inicia en la calle de los Trujillos, en el entorno del Monasterio de Las Descalzas Reales, donde vivió  su infancia y cuyos paseos,  relatados con cantidad de detalles en su libro «Los pasos contados», nos permiten conocer como eran estas calles de Madrid a finales del XIX.

El Madrid de Corpus Barga (2)

A partir de la página 189 se abre un largo capítulo titulado «La ciudad de los niños» en el que,  tras describir en el anterior la enorme y laberíntica casa en la que vivía su acomodada familia, nos detalla la no menos laberíntica zona en la que se ubicaba y que, pese a algunos cambios, sigue siendo igual de complicada pero en la que, afortunadamente, las calles han mantenido los mismos nombres,  con toda la historia que atesoran….

Nos cuenta  que la calle a la que daba el portal y la cochera de su casa era la de Trujillos, que no era ancha, y que casi enfrente una casa en rinconada creaba una plazuela a la que llamaban «de Navalón» (desapareció según nos cuenta Pedro Répide, uno de los mejores cronistas de Madrid, cuando se derribó esa casa de la rinconada.

En 1884 uno de los personajes más famosos de Galdós «la de Bringas», Rosalía Pipaón, esposa de Francisco de Bringas, dice: Nací en el Plazuela de Navalón, y hemos vivido muchos años en la calle de Silva…»

La calle Trujillos discurre en sentido sur-norte entre la calle de Flora y la calle de las Veneras, en el cruce con la calle de las Conchas con la de las Navas de Tolosa,

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A la izquerda la calle de la Flora (antes de la Flor Alta), de la que parte, a la derecha, la de Trujillos

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Calle de Trujillos. Visita C. Manzana N 399
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Calle de las Conchas y calle de Veneras (que conduce a la Plaza de Santo Domingo) …Cuenta Corpus Barga  que por esta calle nunca les llevaban porque al parecer, en un café-cantante que había en ella habían asesinado a una camarera…

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Leemos a Corpus Barga reconstruyendo sus paseos infantiles:

Por la calle de Trujillos saliamos alguna vez, pero el camino que seguíamos para ir de paseo era el de otra vía que salía casi enfrente  de nuestro portal, la Travesía de Trujillos, ancha y coja, con un lado más largo que otro (…)

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Azulejo de Alfredo Ruiz de Luna González, nieto de Juan Ruiz de Luna,de la tercera generación de una de las más importantes sagas familiares de ceramistas españoles. (Talavera de la Reina, 1948-2013). Es autor de numerosas cartelas del callejero madrileño. En este caso se trata de dos hermanos, Esteban y Ana, que eran de Trujillo y fueron vecinos de esta calle

En esta acera más larga – nos sigue contando – una hilera de casas viejas y tristes, de cierto empaque terminaba en una casa alegre y moderna que hacía esquina formando calle con el costado – un paredón sucio – del convento y tenia en un balcón un escudo y un palo inclinado hacía arriba, en el que a veces se izaba la bandera del embajador de los Estados Unidos.

Ahora, ayer mismo, recorremos esta pequeña Travesía, y esto es lo que vemos;

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Una de las casas de la Travesía de Trujillos en la acera larga

A continuación otro edificio en el que esos mástiles parecen evocar los que recuerda Corpus Barga de la embajada de los Estados Unidos

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Pero pegado a él hay otro edificio, que ya pertenece a la Plaza de San Martín,  y que hace esquina formando calle con el costado – un paredón sucio – del convento de las Descalzas. En él  se ubica el Hotel Intur Palacio San Martín y su restaurante  «Antigua Embajada» … y esta si parece una clara referencia a la de Estados Unidos.

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Y sigue narrando Corpus Barga que,  por aquí seguían para llegar a la plaza de San Martín, junto al muro lateral del Monasterio de las Descalzas Reales.

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Esta zona en el siglo XII era el arrabal de San Martin tras la conquista por el rey AlfonsoVI del Madrid árabe.
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y por cierto aún sigue la tapia de las Descalzas como un paredón, que Corpus Barga recordaba sucio y ahora yo diría que desconchado y descuidado…

Pasaban por delante del Convento y de la Iglesia, donde iban los domingos, y de la Casa de los Capellanes... (donde estuvo precisamente hasta 1903  la  famosa panadería Viena Capellanes,  la primera que fabricó “pan de Viena” en Madrid, y que luego los hermanos Ricardo y Pio Baroja heredaron de su tia).

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Monasterio de las Descalzas

 La casa de los Capellanes y el edificio del Monte de Piedad formaban la calle ancha y corta  de la Misericordia…

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En el azulejo de esta calle vemos la fiel reproducción de que como fue anterioremente esta calle

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Grabado plaza de las Descalzas-Casa Capellanes-Casa María de Pisa- Monte de Piedad-Antiguo Madrid-Madrid 1

Según este grabado de la plaza de las Descalzas en el que aún aparece el pasadizo volado entre las Casa de Capellanes y la casa de María de Pisa, posteriormente Monte de Piedad  (en Ramón Mesonero Romanos, El Antiguo Madrid, 1861, Madrid. Ateneo de Madrid) y .El barrio de las Descalzas en el plano parcelario de Ibáñez de Ibero, 1872-1874. Como podemos ver en este enlace

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Este elegante edificio fue el sustituto, recién iniciado el s, XX, de la  Casa de Capellanes, y de  la citada panadería Viena Capellanes, y es en la actualidad la sede del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid. según proyecto del arquitecto Manuel Medrano Hueto.

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El edificio cubre la esquina de la calle Misericordia y la del Maestro Victoria,  que hasta entonces, había tenido el nombre de calle de los Capellanes, y tras un período en que recibió el nombre de Mariana Pineda, pasó a llamarse definitivamente calle del Maestro Victoria,

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En este lugar/ antigua Casa de Capellanes / FRAY TOMAS LUIS DE VICTORIA / habitó y compuso musica sacra/ hacia 1596 y hasta su muerte/ en 1611.

El Madrid de Corpus Barga (2) ¿Y qué pasó con el Hospital o Casa de la Misericordia? Pues que entre otros cambios radicales, su patio y varias crujias  se convirtieron en un salón de baile, al parecer no muy recomendable, e incluso albergó varios teatros, «El Salón Capellanes» y más tarde (en 1850) el Teatro «Cómico», donde actuaba la célebre pareja de Enrique Chicote y Loreto Prado, tan queridos en Madrid…

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Portada de la novela (folletín) Los Misterios de Madrid: El Salón de Capellanes, obra de Rafael del Castillo, editada en Madrid en 1863 por la Imprenta del librero Miguel Guijarro.

y del que Corpus Barga se hace eco con el siguiente comentario:

La casa de los capellanes formaba una calle ancha y corta con el edifcio del Monte de Piedad, la calle de la Misericordia, por la cual se iba contemplando de frente, rozagantes o desgarradas, dos columnas carteleras de una puerta, la de un teatro, el Cómico, del que oíamos hablar con retintín…Luego cambiabamos de acera y doblábamos la dura esquina del Monte de Piedad para bajar por la calle de Capellanes, se llamaba así la calle del teatro nefando; no era necesario bajar mucho para darse con otra esquina  pues el complicado edificio del Monte de Piedad trazando una rinconada, donde un zapatero remendón se había hecho su chiribitil de madera, estrechaba la calle… Allí terminaba nuestro barrio. Por la calle de Capellanes llegabamos a la Plaza del Celenque y la calle Arenal…

Esta situación duró más o menos hasta que en 1968, todo fue derribado para dejar sitio al Corte Inglés … con su gran fachada famosa por sus instalaciones navideñas de «Cortylandia»….​

El Madrid de Corpus Barga (2)

Aquí podemos ver perfectamente la configuración actual de la calle Misericordia, con el Colegio de Aparejadores a nuestra izquierda (donde estuvo la Casa de Capellanes), y  a la derecha una de las fachadas del Monte de Piedad, donde Caja Madrid ha sustituido parte de sus edificios históricos por otros nuevos, y al fondo, al otro lado de la calle del Maestro Vitoria, todo el gran espacio que en parte ocupó en su dia el Hospital de la Misericordia….Y podemos conocer mejor la evolución de este lugar en  Viendo Madrid

El Madrid de Corpus Barga (2)Regresamos por el mismo camino a la calle Trujillos, por la Travesía del mismo nombre, la que al parecer quedaba casi delante del portal de la casa familiar de Corpus Barga…

Con su acera corta y otra larga, tal como él la describe … con lo cual mucho me temo que su casa haya desaparecido siendo sustituida por la que está al fondo…

No he podido localizar algún texto donde cite el número de la calle, pero si uno donde cuenta la sorpresa que se llevó al regresar de una de sus prolongadas ausencias y comprobar que había sido derribada

“la casa que estrangulaba la calle de Trujillos y formaba la plazuela del Navalón, que continuaba en una calleja, formando así rincones y recovecos propios de un barrio madrileño de esos que dicen de los Austrias”. De este modo, “la casa tan insignificante” donde había nacido se encontraba de pronto alineada con el resto, franqueando el paso a los automóviles, “el arma que produce más víctimas de nuestro tiempo”.

El título del libro, «Los pasos contados» creo se debe a que en un momento de la narración, cuando cuenta la enfermedad  y posterior fallecimiento de su abuela Carmen, en el piso bajo del mismo edificio de la calle Trujillos, narra que,

Estuvo muchos días enferma y de noche en el silencio de las velas empezó a oirse un ruido de golpes sordos, quedos, como muy lejanos pero repetidos, acercándose con pausa y subterráneos, precisamente debajo del cuarto, los criados se decían a media voz que eran los pasos contados de la muerte… Nuestros padres y los amigos de la casa pensaron que quizá fuera la preparación de un robo por la alcantarilla… cada noche los golpes eran menos lejanos  y a medida que se acercaban  parecían dados con más tiento para que no se aoyeran y una madrugada sonaron tan próximos que pareció inminente la apertura de un boquete… Los ruidos desaparecieron antes de que llegara el dia  y ya no sonaron la noche siguiente – que fue cuando falleció la abuela – ni nunca más…

Esta historia me hubiese parecido una simple anécdota truculenta hasta que he leído  la Historia del Proyecto de investigación:
SANEAMIENTO DE MADRID marzo 2012 – diciembre 2014. Centro de Documentación para la Historia de Madrid.
Colaboración entre la Fundación Canal de Isabel II y la Universidad Autónoma de Madrid. De Virgilio Pinto Crespo,
Rafael Gili Ruiz y Fernando Velasco Medina.

Es un interesantísimo trabajo sobre un aspecto de la historia y evolución de Madrid que muy pocas veces se tiene en cuenta pero que fue vital para conseguir una ciudad limpia y sana.  En relación del tema de «los pasos contados» que estamos comentando he leido lo siguiente:

Por último, también cabe destacar una serie de disposiciones municipales que se emitieron en la década de 1830  motivadas no ya por cuestiones técnicas de las alcantarillas, sino porque fueron utilizadas con relativa frecuencia,  como vías de acceso a tiendas y comercios para la perpetración de robos; ante esto, el Ayuntamiento de Madrid dictó varias disposiciones destinadas a prevenirlos que obligaron a los particulares a realizar una serie de obras menores, como poner en las acometidas rejas provistas con doble candado; a condenar todas las cuevas de las casas hasta el plano de la fachada; y a sustituir los buzones de registro de las alcantarillas, que eran muy ligeros y fáciles de levantar, por una reja interior con su candado o bien con losas más pesadas que cubrieran dicho registro y que fueran más difíciles de manipular por los rateros…

También leo  un expediente instruido por la comisaría del ramo, dirigido al alcalde José Abascal el 9 de noviembre de 1882, dando la relación de calles donde se estaba dando una duplicidad de alcantarillas entre las que el Canal de Isabel II había construido nuevas pero  sin prescindir de las antiguas, de tal manera que en un mismo trazado coexistían ambas redes, ocasionando multitud de problemas de todo tipo. De hecho,muchos propietarios seguían vertiendo sus aguas negras a las antiguas y como éstas ya no tenían salida, se estancaban, produciendo en multitud de ocasiones
tanto inundaciones en sótanos y cuevas, como hundimientos de casas, con el lógico perjuicio tanto para la seguridad como para la salud pública.

Eran casi un centenar las calles donde se daba esta duplicidad:

En el distrito Centro, en las de Mesón de Paños, Bonetillo, Escalinata, Arenal, calle y plaza de Navalón, Hileras, Veneras, Bordadores, Coloreros, pasadizo y plaza de San Ginés, Postigo de San Martín desde la plaza de las Descalzas hasta la del Arenal, Capellanes, Tetuán, Preciados -desde el postigo hasta la Puerta del Sol.

 

 

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