Madrid y el ajedrez es algo que nunca había relacionado, pero unos amigos me enviaron el otro dia un enlace al blog Secretos de Madrid que me demostró que existe y en cuanto he podido he ido a conocer el lugar que en él se menciona: los Jardines de Pablo Sorozábal, en la calle Príncipe de Vergara 139, frente al Auditorio Nacional de Música junto a la estación de Metro de Cruz del Rayo (linea 9).
Los jardines de Pablo Sorozábal
Para los amantes de la música Pablo Sorozábal y sus zarzuelas «Katiuska», «La del manojo de rosas» y «La tabernera del Puerto» ocupan un lugar muy importante en sus corazones, pero además él fue un virtuoso del violín y de la música clásica, con una intensa e interesante vida que nos cuenta su nieto Pablo Sorozábal
Es afectivamente una sorpresa encontrar aquí este espacio al que denominaron «El sueño de lo Posible», compuesto por un gran tablero con sus 64 casillas y las figuras gigantes del rey, la reina, el peón, la torre, el caballo y el alfil, que se inauguró el 26 de septiembre de 2015, obra del escultor Gustavo Herrera.
Y donde lamentablemente podemos ver que sus figuras, como en tantos otros lugares, no han sido respetadas por los que todo lo ensucian…¡Qué lástima!
El ajedrez en el Parque del Retiro
Rodeado de árboles que le dan grata sombra, y detrás del Palacio de Cristal, nos encontramos con un pequeño pero muy agradable lugar para jugar al ajedrez
El ajedrez en la Biblioteca Nacional.
Y al hilo de este tema evocamos la interesante y documentada exposición que con el sugerente título de AjedreZ. Arte de silencio. Ocho siglos de cultura, pudimos disfrutar del 10 de octubre de 2018 al 27 de enero de 2019 en la Biblioteca Nacional, comisariada por Eduardo Scala.
El ajedrez constituye uno de los paradigmas más fascinantes de la mente humana y menos conocidos dentro del patrimonio cultural. Si su origen es un misterio, se reconoce que en la Península Ibérica se ha reinventado.
Y nos cuentan la leyenda del sabio indio Sissa que, cuando el rey Sheran quiso premiarle por haberle enseñado este juego que desconocía y con el cual pudo vencer su melancolía, le pidió que le concediera el trigo que resultara de poner un solo grano de trigo en la primera casilla, dos en la segunda, cuatro en la tercera y así seguir multiplicando el número de granos en cada una de las 64 casillas sucesivas…Al rey le pareció una petición tan pobre que incluso se sintió ofendido…Hasta que los encargados de llevar a cabo la tarea le dijeron que no había suficiente trigo en la India ni en todo el planeta para colmar la casilla 64, ya que se necesitarían:
18 446 744 073 709 551 615 granos de trigo…
Es decir: Dieciocho trillones cuatrocientos cuarenta y seis mil setecientos cuarenta y cuatro billones setenta y tres mil setecientos nueve millones quinientos cincuenta y un mil seiscientos quince ¿Qué vértigo!!!
.La exposición, compuesta por 32 títulos, como el número de las piezas sobre el tablero, se estructuró en cuatro secciones: 1. Hitos de la historia del ajedrez. 2. Libros de ajedrez. 3. Espiritualidad: libros y fragmentos del ajedrez a lo divino 4. Grandes autores de nuestra lengua: la infinita metáfora del juego.
El ajedrez en el cine
Y siguiendo con este apasionante tema, nos salimos del ámbito de Madrid y lo ampliamos fijándonos en la aparición del juego en el cine y en la literatura.
Humphrey Bogart (Nueva York 1899- 1957) era un gran aficionado al ajedrez desde su juventud y durante el rodaje de Casablanca, cuando ya era muy famoso, fue idea suya introducir estas secuencias en la película.
Y también aparece el juego del ajedrez, entre otras muchas películas, en «El séptimo sello» y en «La Tabla de Flandes» basada en la novela del mismo título de Arturo Pérez Reverte y «En busca de Bobby Fischer» sobre un niño prodigio…
El ajedrez en la literatura
Alfonso X el Sabio durante su reinado (1251-1284) ordenó la composición de un libro sobre diversos juegos, incluyendo en primer lugar el del ajedrez, siendo el libro más antiguo sobre el tema. Consta de 98 folios de pergamino con 150 preciosas miniaturas y lujosamente encuadernado. Se conserva en la biblioteca del Monasterio de El Escorial.
Y el gran Stefan Zweig (Viena 1881- Petrópolis 1942) nos dejó, poco antes de morir, un magnífico relato en torno al ajedrez al que tanto amaba, pues según él mismo decía: “Este juego pertenece a todos los pueblos y a todas las épocas y nadie puede saber de él qué divinidad lo regaló a la Tierra para matar el tedio, aguzar el espíritu y estimular el alma”.
Cuentan que en su última casa en Petrópolis instaló un gran mosaico representando un tablero de ajedrez, en homenaje a su pasión por este juego y a la que fue su última novela.