Zuloaga y Antonio Muñoz Molina:
Uno aquí al pintor y al escritor, ambos, cada uno en su actividad, nos proporcionan mundos de placer en la pintura y en la literatura…Antonio Muñoz Molina (Úbeda 1956) es premio Planeta en 1991 y Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2013, miembro de la Real Academia Española, licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Granada, y acaba de publicar, el pasado dia 4 en «Babelia», un artículo titulado «Otro Zuloaga» que me ha parecido muy acertado y muy conveniente para leer antes de visitar la exposición, en la Fundación Mapfre, que tantas buenas exposiciones nos proporciona, titulada «ZULOAGA. En el París de la Belle Époque, 1889-1914».
Retrato de la condesa Mathieu de Noailles (detalle) 1913
Uno de los mejores cuadros, a juicio de Muñoz Molina, que podemos ver en la exposición es el de Valentine Dethomas, (con la que casó en París en mayo de 1899) de cuerpo entero, con su vestido negro y ante un apagado paisaje costero… Al parecer, según cuentan en la propia exposición, en 1895 Zuloga en París no podía permitirse el lujo de contratar modelos para sus cuadros…entonces su amigo Dethomas ( de una acadaulada y aristocrática familia) le presentó a sus tres hemanas que se mostraron encantadas con la idea, de hecho él retrató a Valentine… y cuatro años después se casaron…siendo su hermano testigo de la boda. Tuvieron dos hijos Antonio y Lucia, y de ésta tres nietos…que en 2011 dividieron la herencia del abuelo
Ignacio Zuloaga y sus museos
Ignacio nació en 1870 en Eibar, el país del acero y se crió influenciado por las técnicas del taller de espadero damasquino de su padre, Plácido, y por las de su famoso tío Daniel, ceramista genial, y se dio a conocer como pintor en Madrid, en la Exposición Nacional de 1887. En 1889, pintó en Roma, un cuadro titulado El forjador, como un homenaje a la artesanía paterna.
En 1890 llega a París y expone junto a Gauguin, Van Glogh, Degas y Tolouse Lautrec (que fueron además buenos amigos suyos) y por ese tiempo conoce a Rusiñol, junto al que descubre la figura del Greco adquiriendo dos cuadros suyos: La Magdalena y San Pedro que son llevados triunfalmente por las calles de Sitges hasta ser depositados en la casa (..y también actual Museo) de Rusiñol en esta villa.
A finales del verano del 98 se instala en Segovia con su tio Daniel al frente de un taller cerámico instalado en la antigua iglesia de San Juan de los Caballeros, abandonada a finales del siglo XIX, y que adquirida por Daniel Zuloaga, tio de Ignacio, en 1905 fue reformada como taller y oficina…y que hoy podemos disfrutar como otro lugar exquisito para las obras del pintor y las cerámicas de su tío.
La serena belleza de Segovia y su provincia enamoraron a Ignacio de modo que en 1925 decidió comprar el ruinoso y altivo castillo de Pedraza que había pertenecido a la familia Fernández de Velasco, Duques de Frías y Condestables de Castilla….Ahora, dentro del restaurado y bello castillo, podemos contemplar varios cuadros y recuerdos suyos en un íntimo museo.
Y no podemos olvidar su Casa-Museo de Zumaia
que fue la casa familiar del abuelo Esteban y del padre de la “saga” Plácido Zuloaga y es una joyita escondida, entrañable y bella, rodeada de un hermoso jardín. Y dentro, en lo que fue su Estudio, está su colección privada,
y piezas exquisitas que fue reuniendo como experto coleccionista a lo largo de su vida… De El Greco, de Goya, de Zurbarán, de Vicente López, de Luis Morales… y también esculturas de su gran amigo Rodin y un impresionante Cristo crucificado de su también gran amigo y escultor de Zumaia, Julio Beovides.
Zuloaga en Madrid
Hacia 1919 Zuloaga decide poner taller en Madrid, primero en el Paseo de Rosales 19 y luego en la Plaza de las Vistillas (donde precisamente murió en 1945)
Aqui está la casa donde pintó y falleció Zuloaga…Una gran oportunidad, hasta ahora desaprovechada, para que Madrid mostrara un íntimo Museo de un pintor tan universal.
Zuloaga y el flamenco
Zuloaga también viajó mucho a Granada, a conversar en la Taberna del Polinario con sus grandes amigos, Falla, Lorca, Fernando de los Ríos… Y participó muy activamente en la celebración del Primer Festival de Cante Flamenco en 1922 pues era gran amante del cante, y diseñó y supervisó la puesta en escena y la decoración de la plaza… y hasta dibujó los vestidos que recomendaban llevar a los asistentes…
Antonio Muñoz Molina y el arte
Me regalaron hace pocos años su libro de ensayos sobre la pintura de diversos autores, titulado «El atrevimiento de mirar» (Galaxia Gutemberg) que es de esos libros que una vez leídos procuras tener siempre a mano y consultas y vuelves a releer con frecuencia… Y yo acabo de hacerlo para leer el capítulo dedicado al fotógrafo Nicholas Nixon (Detroit, Míchigan, 1947), y sus famosas fotografias desde los años 70, hasta la famosa serie de las hermanas Brown
Que podemos visitar hasta el 7 de enero, en la sala de la Fundación MAPFRE de Recoletos de Madrid