Los espacios vacios de La Guindalera pronto empezaron a poblarse. Afortunadamente un arquitecto con buenas ideas urbanisticas y sentido social, Julián Marín, adquiró gran parte de los terrenos comprendidos entre la calle Francisco Silvela y la calle Alcalá y proyectó un barrio diferente, con bonitas casas-chalet individuales y una amplia avenida a la que muy merecidamente dieron su nombre. Casi todo desgraciadamente ha desaparecido, pero hoy vamos a visitarlo. y evocarlo
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