Todos los relojes de Madrid marcaron el pasado domingo 25 de julio la hora en que La Unesco otorgó la denominación de Patrimonio de la Humanidad, con la categoría de Paisaje Cultural, al conjunto de la ciudad por donde se extienden el Parque del Retiro y el Paseo del Prado.
Una gran noticia para la ciudad y que habrá que cuidar con esmero… pues lo mismo que se concede también puede retirarse cuando no se protege y cuida como se merece. Pero ahora estamos en el momento de la celebración y de la alegría y de la esperanza de que esta decisión sea para el bien de todos.
Y seguimos con nuestra búsqueda de relojes y al alejarnos de la iglesia de Santa Cruz recorremos esta interesante calle de Atocha con tanta historia acumulada y llegamos frente a la antigua y la moderna Estación ferroviaria, con sus bien visibles relojes, imprescindibles en todas las estaciones de tren. y que garantizan su escrupulosa puntualidad.
Siglo XIX
Esta estación de Atocha inaugurada el 9 de febrero de 1851 como un simple apeadero o «embarcadero» como se decía entonces, fue la primera estación de ferrocarril de Madrid para enlazar la capital con Aranjuez… y llegaba incluso, si era necesario, hasta la misma escalera principal del Real Sitio, en «homenaje» a la Reina Isabel II.
Fue el segundo trayecto ferroviario de España, pues el primero se realizó en 1848 entre Barcelona y Mataró y que al igual que el de Madrid sigue en funcionamiento.
El diario «La Época» del lunes 10 de febrero de 1851 contaba así la partida del primer tren desde el «embarcadero» de Atocha: «A bordo su majestad la Reina Isabel II acompañada por el Marqués de Salamanca…Durante la travesía los vecinos de Getafe, Pinto, Valdemoro y Ciempozuelos caminaban hasta el camino de hierro, por entonces algo alejado de los pueblos, para ver de cerca ese tan oído invento llamado ferrocarril».
En este tren llegaban a Madrid los productos de su riquísima huerta, entre los que se encontraba la fresa, con lo cual el tren pasó pronto a conocerse como «el tren de la fresa»
Más un incendio destruyó gran parte de la estructura de la estación en 1864, así que en 1888 comenzaron las obras de la nueva estación: una nave de 154 m. de largo y 27 metros de altura, bajo la dirección de Alberto de Palacio, un colaborador del famoso Gustave Eiffel. La cubierta de hierro se hizo en Bélgica con una estructura rígida de un tipo denominado De Dion,y se situó enfrente de la glorieta del Emperador Carlos V.
Lo coronan dos Grifos, animal legendario con cuerpo de león y alas de águila. Representan la nobleza, la vigilancia, la virtud, la fuerza y la justicia.
Y gracias como siempre a los libros nos enteramos de quien había sido el propietario de todo este gran terreno. Nos lo cuenta Pedro Andrés Porras Arboledas (Jabalquinto, Jaén, 1956) en su libro titulado: » Francisco Ramirez de Madrid. Primer madrileño al servicio de los Reyes Católicos». Resulta que su protagonista, el marido de Beatriz Galindo «La Latina», acumuló un importante patrimonio especialmente en Madrid de forma que: «su cercado de Atocha fue expropiado en el siglo XIX para la construcción de la estación del ferrocarril de Aranjuez».
Y a los cuatro años, el 8 de diciembre de 1892, finalizadas las obras se inaugura la nueva estación, a la que se da el nombre de Estación del Mediodía e inicialmente es propiedad de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (bajo la abreviatura de MZA). Está considerada como una obra de arte de la arquitectura ferroviaria.
Siglo XX
Desde 1992 hay en Atocha dos estaciones ferroviarias en servicio: la primera es la estación de Puerta de Atocha, donde llegan y salen los trenes de alta velocidad y la mayoría de los de larga distancia. La segunda es la estación de Atocha-Cercanías.
La unión entre la primitiva estación con las nuevas instalaciones de Rafael Moneo la marca esta esbelta torre del reloj de ladrillo visto. Está situada entre las diferentes estaciones: Puerta de Atocha (AVE, ancho internacional), Atocha-Cercanías (ancho ibérico o Renfe), y la histórica estación de 1892, convertida en precioso jardín climatizado, lugar de encuentro y relax.
Sus dos caras son visibles desde largas distancias ya que es el más grande reloj de Madrid… para hacernos una idea sus manecillas miden 5 y 7 metros respectivamente
Esta estación, junto con la estación de El Pozo y la estación de Santa Eugenia, sufrió los terribles, dolorosos e inolvidables atentados del 11 de marzo de 2004 que causaron 191 víctimas mortales, que siempre serán recordadas con dolor.