El Museo del Prado y sus exposiciones y actividades son una gran Cátedra de Arte y de Historia, en la que aprender y disfrutar. Ahora mismo hay varias muy interesantes y recomendables… iniciaremos el recorrido por la de fotografías de su alto claustro, seguiremos con Cai Guo Quiang, nos demoraremos en Fortuny, y terminaremos con la donación de Óscar Álzaga.
Los árboles otoñales del Paseo nos acompañan hasta el Museo y antes de entrar, por la puerta de los Jerónimos, miramos hacia arriba, a nuestra izquierda, a la soberbia visión de la Iglesia y de su claustro que cubrió, hace ahora diez años, Rafael Moneo (Tudela 1937)
y que ahora se conmemoran con una exposición fotográfica, en su majestuoso interior, de Joaquin Bérchez Gómez, historiador de la arquitectura y fotógrafo especializado en el arte y la arquitectura de la época moderna.
La emperatriz Isabel y el emperador Carlos las contemplan
mientras que al visitante se le van también los ojos hacia el exterior
y hacia las perspectivas del Museo que le ofrecen las fotografías
y evoca la magnífica rotonda de las Musas que une los dos espacios actuales del Museo…
y también puede leer toda la historia de estas venerables piedras…
El espíritu de la pintura. Cai Guo-Quiang en el Prado
Al descender del claustro los ojos se nos han quedado prendados de una visión muy atractiva…
Se trata de la obra de Cai Guo-Quiang titulada «Día y noche en Toledo», obra creada en este mismo año con pólvora sobre lienzo… Muchas de las obras aquí expuestas han sido realizadas este pasado mes de octubre en el Salón de Reinos… En concreto el 23 de octubre se prendió en dicho Salón «El espíritu de la pintura»... un cuadro de pólvora de 18 metros de largo que es la pieza central de esta expocición…
Y hay que entrar a ver el corto dirigido por Isabel Coixet sobre la creación de las pinturas de Cai.
La exposición estará hasta el 4 de marzo del próximo año 2018
(Hasta el próximo mes de febrero, en la Fundación Telefónica podemos ver también el proyecto ganador de Norman Foster para la modificación de este espacio madrileño cuajado de historia… Lo que resta del Palacio del Buen Retiro y su mítico Salón de Reinos. Una apuesta muy ambiciosa y muy dificil…)
En el 2015 ya tuvimos ocasión de admirar a Cai Guo-Quiang en la gran exposición sobre Santa Teresa en Valladolid
con su obra titulada, Sky Ladder («Escalera al cielo») que alude al deseo de elevación espiritual y que no es un montaje sino un hecho real. Su autor Cai Guo-Qiang (Quanzhou, 1957) desde la década de los 80 utiliza explosiones y pirotecnia para expresar su arte…y ha empleado veinte años en construir esa escalera de 500 m. de longitud y 5,5 m. de ancho, forrada con fuegos artificiales dorados, a la que un globo aerostátatico con 6.200 metros cúbicos de helio elevó en el aire, el pasado mes de junio de 2015, en la orilla de Hiuyu Island, el pequeño pueblo pesquero natal del autor, en el sudeste de China… Veinte años de trabajo y dos intentos fallidos para un fugaz instante de gran belleza…Al alba el artista encendió la mecha y las llamas subieron desde la tierra hacia el firmamento. La explosión duró un total de 100 segundos.
Mariano Fortuny (1838-1871) hasta el 18 de marzo de 2018
Mariano Fortuny, catalán de Reus, hijo y nieto de maestros carpinteros, pronto se fraguó como pintor en las calientes tierras de África, en Tetuán y Tánger, durante la contienda hispano-marroquí de 1860. Poco más tarde se consagró como cotizado pintor en la capital del arte europeo, en París, y viajó por toda Europa especialmente por Italia y Francia, residiendo largas temporadas en Roma y París, en magníficas villas donde su joven y culta esposa, Cecilia de Madrazo, hija del también famoso pintor Federico de Madrazo, era la anfitriona ideal de las tertulias que atraían a lo más brillante y artístico de aquella cosmopolita sociedad.
Pero cuando – según el propio Fortuny- fue más feliz, es en los dos años, de 1870 a 1872, en que fijó su residencia en Granada, la ciudad que, al igual que a tantos artistas, le embrujó y le concedió el privilegio de descubrir sus secretos. Vivió y pintó primero en la Fonda de los Siete Suelos, al pie de la torre de este nombre, desde donde podía acceder directamente al misterio de la Alhambra y luego se trasladó al Campo de los Mártires a una aislada casa con impresionantes vistas sobre la Vega. Allí nació Mariano Fortuny y Madrazo, su segundo hijo.
Granada proporcionó también a Fortuny algo esencial para su trabajo: los modelos. Su racial belleza, su innata disposición y buen ánimo, hicieron de los gitanos su principal fuente de inspiración. Entre ellos, Mariano Fernández, apodado el Chorrojumo (chorro de humo por su morenez), Heredia Cortés, el gitano más viejo de Andalucía y descendiente directo de Hernán Cortés y, muy especialmente, Carmen Bastián. Ella se identificó totalmente con el arte del pintor, se impregnó de la belleza artística que rodeaba la casa y a sus habitantes y se alejó de su gente, siempre tiznada del polvo de la fragua… y esta identificación la llevó a dignificar su trabajo de modelo, dejó de ser simple asalariada para convertirse en musa, ella tomó conciencia de su importancia, trabajaba, en su inmovilidad de horas, como el pintor con la movilidad de sus pinceles y ella se sentía parte de aquella familia que la respetaba y la quería…
…Pero todo tiene un fin. La familia Fortuny-Madrazo se marchó de Granada. En Octubre de 1872 y entre lágrimas, Carmen los vio partir… Dicen que al despedirse dijo a Fortuny, “Adiós señor, ya nunca nos volveremos a ver”. Y así fue. Muy poco después, en 1874 unas fiebres traidoras mataron – con sólo 36 años – al pintor, cuando triunfaba en Roma.
Esta fotografía es de dos años antes de su fallecimiento.
La exposición del Prado muestra 169 obras relevantesde Fortuny de las cuales 67 nunca han sido expuestas. Es la primera gran monográfica que le dedica el Museo del Prado.
La donación de Óscar Alzaga
La última de las importantes donaciones que el Museo del Prado ha recibido desde su mismo inicio, ha sido en este año 2017, por parte de Oscar Alzaga Villaamil (Madrid 1942) y su esposa Isabel. Seis cuadros de su colección privada, más una dotación económica que ha permitido adquirir otro y que enriquecen el contenido de este gran Museo.
En la sala 60, planta baja del edificio Villanueva, podemos contemplar una Alegoria de la Redención de Jacopo Ligozzi (1587), La imposición de la casulla a san Ildefonso, de Sánchez Cotán (1600) , San Juan Bautista de Rafael Mengs(1753-54) , La Inmaculada de Antonio de Castillo (1650), San Jerónimo de Herrera el Viejo (1640-45), un paisaje de Eugenio Lucas (1852),
Y un delicioso retrato infantil de Manuela Isidra Téllez-Girón, futura duquesa de Abrantes, pintado por Agustín Esteve y Marqués en 1797, que ha sido adquirido por el Museo gracias a la dotación económica mencionada. En el ángulo inferior izquierdo dice: Edad: 32 meses