Navarrete «el mudo» en el Monasterio de El Escorial fue el pintor español más valorado. En la Basílica y en el Monasterio hay grandes cuadros suyos que ahora podemos comtemplar en una exposición que se merece una detenida visita.
Cuadros en El Escorial de Navarrete «el mudo»
Llama la atención, a cualquier visitante atento, la gran muestra de cuadros que sobre pequeños altares y en varias capillas de la Basílica representan parejas de santos… Esta singularidad y su posible simbolismo la descubrí leyendo (que es como se descubren tantas y tantas cosas) en el libro del historiador y académico Fernando Marías Franco (Madrid 1949), titulado «El Monasterio de El Escorial» donde dice:
(…) las imágenes por parejas, verticales y minuciosamente descritas en todos sus detalles, como si se tratara de nuevas pilastras de carne y hueso que soportan la estructura, esta vez simbólica, de la Iglesia.
Ocho de estos cuadros fueron pintados por Juan Fernández de Navarrete «el mudo», con anterioridad a 1579… fecha de su prematura muerte que le impidió realizar el encargo real de toda la serie y también de los lienzos del retablo mayor.
De su mano son: San Juan Evangelista y San Mateo», San Marcos y San Lucas», San Pedro y San Pablo, San Bartolomé y Santo Tomás, San Bernabé y San Matías, Santiago el Mayor y San Andrés, y San Simón y San Judas.
Completaron la serie de hasta 33 cuadros de santos Alonso Sánchez Coello, Diego de Urbina y Luis de Carvajal hacia 1584.
Biografía de Juan Fernández de Navarrete, apodado «El mudo»
Nació en Logroño en 1538 y cuando tenía 3 añitos, y aún no hablaba, una enfermedad le dejó sordo y por tanto tampoco llegó a hablar… Sus padres tuvieron el buen acuerdo de llevarle a educar al Monasterio Jerónimo de Santa María de la Estrella, donde al parecer los frailes, para guardar lo más posible el silencio, se comunicaban muchas cosas por signos con las manos…y así el niño se pudo comunicar con ellos. Este Monasterio estaba en ese tiempo en su apogeo y muy relacionado con el Rey Felipe II que, precisamente años después, asignó a esta Orden de San Jerónimo la atención del Monasterio.
Al parecer, y según cuenta el famoso jerónimo Fray José de Sigüenza ( (Sigüenza, 1544 – El Escorial, 1606), uno de los frailes jerónimos de este Monasterio (fray Vicente de Santo Domingo) fue el que se dio cuenta de la enorme facilidad que el muchacho tenía para la pintura, e instó a sus padres para que le enviaran a estudiar a Italia,
Este viaje fue fundamental pues conoció a los mejores pintores y todas las tendencias del Arte en aquella renovadora época, así que a su regreso, en 1565 (con 27 años) ya se instaló en El Escorial, con el encargo de restaurar y copiar pinturas antiguas… Como el magnífico Calvario de Roger van der Weyden (h. 1399-1464),
del cual, por encargo de Felipe II, copió la Virgen y San Juan, que en la exposición podemos ver junto al maravilloso cuadro original.
Estos dos cuadros fueron colocados a ambos lados del magnífico Cristo de Cellini
ahora en el interior de la Basílica pero que, en un lejano tiempo, estuvo situado en el espacio central sobre los arcos de entrada a la Basílica, para que el pueblo reunido en el Patio de los Reyes pudiera verlo cuando desde allí se decía la Misa.
Sus cuadros «a la manera italiana de sencilla y clara piedad» le convirtieron en el artista español preferido por Felipe II que, en 1568, le nombró pintor real, y a partir de ahi y hasta su muerte ( en 1579 con tan sólo 41 años), toda su actividad se centró en realizar los grandes encargos reales para la Basílica, el Convento y el Colegio.
En la exposición nos asombramos ante el impresionante San Jerónimo penitente
Y el poco usual tema de la «Aparición de Cristo a su madre»
El Escorial una vez más nos impresiona por su magnífico contenido y por su continente.
Para mayor información de la exposición dada por Ptrimonio Nacional pinchar aquí
La fecha de cierre de la exposición no está clara, en el folleto de mano dice octubre… pero en la información general del Patrimonio en la red dice que en enero de 2018…