El románico en el Museo del Prado está muy bien representado con las pinturas murales del siglo XII que se encontraban en dos humildes ermitas, una dedicada a San Baudelio de Berlanga en Soria y otra en Maderuelo en Segovia, dedicada a la Santa Cruz.
Toda la historia de las pinturas de San Baudelio de Berlanga podemos verla en este enlace (abriendo una ventana nueva) pero ahora vamos a ver las de Maderuelo y a conocer sus significados.
Cuando en 1947 se inauguró el embalse de Linares, la situación de la ermita y sus preciosas pinturas medievales quedaron en situación muy comprometida por lo cual, al año siguiente, se tomó la decisión de pasarlas al lienzo y transportarlas al Museo del Prado. Aquí se instalaron en un espacio arquitectónico similar al que tenían en Maderuelo.
Hasta ese momento el Museo del Prado no contaba con pinturas medievales, pues las de San Baudelio no lo hicieron hasta 1960.
Las pinturas que ocupaban las paredes de Maderuelo estaban destinadas a transmitir las verdades de la Fe al pueblo y es, por tanto, un arte narrativo y muy simbólico ya que predomina el contenido sobre la forma.
Momento histórico
Hay que tener muy presente que se estaba en plena Reconquista y que estas tierras acababan de ser conquistadas a los árabes y por tanto eran tierras de frontera, con todos los peligros que eso significaba.
Para poblarlas se ofrecían tierras y algunos beneficios económicos a las familias que se comprometieran a ocuparlas, pero también se les imponian ciertas obligaciones, como las de patrullar la zona y participar en las acciones bélicas en defensa de la misma.
Era una vida dura y arriesgada y las pinturas de la ermita tenían la finalidad de transmitir los mensajes de la Historia Sagrada que podian identificar con sus vidas. Veían como la desobediencia de Adán y Eva les habían hecho perder el Paraiso y enfrentarse a una vida dura de trabajo y peligros…igual a la que se enfrentaban ellos.
En el centro la Cruz con el Cordero Místico y a ambos lados Abel (a la izquierda según miramos) y Caín a la derecha
Abel que era pastor le entrega a Dios el mejor de sus corderitos, y la mano de Dios le bendice… En cambio Caín que era agricultor le ofrece lo peor de su cosecha y no obtiene la bendición. Más tarde y tras matar a su hermano Abel se ve obligado a huir por todo el mundo.
Muchos de los habitantes de Maderuelo habían sido delincuentes, obligados a huir y buscar refugio en estas duras tierras. También muchas mujeres se veían representadas en la Magdalena, que tras una vida de pecado buscó su redención y fue perdonada, y que aquí se la representa lavando los pies de Jesús con un rico perfume y secándolos con su cabello, mientras Jesús la perdona y bendice.
En varias escenas se ve la mano de Dios bendiciendo, con sus tres dedos extendidos representando a la Trinidad.
Cuando además de visitar la maravillosa galeria central y algunas de sus salas adyacentes, podamos volver a circular más libremente por todo el Museo, volveremos a visitar este espacio medieval tan entrañable… y a ser posible acudiremos a alguna de las visitas guiadas que nos harán valorarlo y comprenderlo aún más.
Y esta comprensión será más completa si visitamos la ermita de la Santa Cruz en el propio Maderuelo.