El Madrid de Corpus Barga (1)

El Madrid de Corpus Barga es una evocación de la figura de Andrés García de la Barga y Gómez de la Serna, un gran periodista, reportero y novelista,   que nació en Madrid el 9 de Junio del año 1887 y que, pese a su larga existencia cosmopolita, de ciudadano del mundo, siempre mantuvo un inmenso amor por Madrid  «mi pueblo», así solía nombrarlo.  A él quiso volver, a morir, en los primeros meses de 1975, pero murió en el exilio en Lima, en agosto de ese mismo año, sin conseguirlo. 

El Madrid de Corpus Barga (1)
El primer tomo de los 4 que escribió Corpus Barga, utilizando sus recuerdos como materia para una ambiciosa obra que lleva como subtítulo «una vida española a caballo en dos siglos (1887-1975)

Conocí la existencia de Corpus Barga gracias al periódico «Villa de Madrid», estupenda  publicación quincenal del Ayuntamiento de Madrid, que en el nº 141, correspondiente al 16-28 de febrero de 1989 en su pág. 12 y en la sección de «Daguerrotipos madrileños» publicó un artículo de Eduardo de Guzmán titulado «Corpus Barga: El exilio interminable».  que afortunadamente podemos leerlo integro aquí

Esa hoja con el artículo la conservo dentro de uno de los cuatro tomos de sus Memorias, publicados por Alianza (1ª edición 1979, 2ª 1980). que se titulan: «Los pasos contados», «Puerilidades burguesas», «Las delicias»  y «Los galgos verdugos», y que adquirí a partir de su lectura.  En el primero de ellos, el titulado «Los pasos contados»,  habla de «Mi familia y el mundo de mi infancia». Él nació en Madrid, un día del Corpus (de ahí el nombre literario que eligió: uno de los nombres impuesto en el bautismo por haber nacido ese día y la segunda parte de su primer apellido compuesto, Barga)

El Madrid de Corpus Barga (1)

Y este año ¡Oh sorpresa! Los Reyes Magos, que por algo son Magos, han adivinado mi interés por Madrid y por Corpus Barga y me han traído este  libro que desconocía. En él,  Arturo Ramoneda, gran crítico literario, y gran conocedor de la activa atención hacia Madrid, su ciudad natal, que siempre mantuvo Corpus Barga ha reunido , en primer lugar, artículos periodísticos de los años en que residió en París (entre 1914 y 1930) y viajaba a la capital, en los que describe, desde perspectivas inéditas, calles y plazas tantas veces recorridas, y va dejando constancia de los cambios que observa, sin dejar de criticar aspectos de sorprendente perennidad.

Voy a comentar algunos de sus pasajes…

El Madrid de Corpus Barga

Plazuelas, calles y plazas (p.63) publicado en El Sol, 30 de abril de 1928

Toda la belleza de Madrid está en sus plazas (…) La Plaza Mayor es austriaca. La de Oriente, borbónica. La Puerta del Sol tiene todavía el aire de la Restauración y la Regencia, Puerta Cerrada es de Galdós. La Puerta de Atocha es de Blasco Ibáñez. La de Isabel II es de Valle-Inclán. La de Cuatro Caminos, de Pío Baroja. Las Vistillas son de Azorín. Las plazas de las Descalzas y de los Carros, son Castellanas (…) La Plaza más madrileña es la del Celenque (…)

Es ingeniosa esta relación de las plazas madrileñas tan conocidas… pero la del Celenque, perpendicular a la calle Arenal, actualmente no parece ni plaza ni siquiera plazuela… aunque así lo dicen sus letreros,

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es más bien una corta calle ancha…que debe su nombre a que aquí tuvo su casa residencial, entre otros nobles, el Alcaide de la Casa Real del Pardo don Juan de Córdoba y Celenque (segunda mitad del s. XV).

El Madrid de Corpus Barga (1)

En la primera casa de la izquierda vemos una lápida dedicada en 1984 a Claudio Sánchez Albornoz y Menduiña, historiador y político español, ministro durante la Segunda República y presidente de su Gobierno en el exilio entre 1962 y 1971. Nació en Madrid en 1893, y falleció en Ávila en 1984.

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Dice así: «Una catarata de recuerdos de mi vida en Madrid en los años treinta me asaltó…y del Madrid de mi infancia y de mi juventud en la casa materna de la plaza del Celenque» Claudio Sánchez Albornoz («Confidencias, 1979). El ayuntamiento de la Villa en homenaje al ilustre investigador de la identidad histórica de España, 3 enero 1984

En el plano de Texeira, 1656,  la plaza del Celenque ya figura

El Madrid de Corpus Barga (1)

El Madrid de Corpus Barga (1)

Sin duda la gran transformación que ha sufrido esta zona la hizo perder ese «encanto» madrileño que Corpus Barga le adjudicó.

El cementerio de San Martin (p. 73) Publicado en Crisol, 24 de agosto de 1931

Vista de Madrid. Cuadro digno de Gutierrez Solana. ¿Se acuerda usted, Solana, de cuando íbamos por la noche, con Anselmo Miguel, con Ricardo Baroja, con Valle-Inclán, al cementerio de San Martín? Entonces era éste un cementerio en descampado, donde se oia la música celestial de los hilos del telégrafo y donde se criaban conejos. Hoy sigue abandonado, y está más romántico cercado por la urbanización. (…) Pero apenas hay que desviar la mirada para que salten a la vista los rascacielos de los Cuatro Caminos.

Me ha llamado la atención la mención a este cementerio del que hace muy poco encontré otra mención en la  novela «La horda», que Vicente Blasco Ibañez escribió en 1905 y en cuyas primeras páginas podemos leer

El cementerio de San Martín mostró sobre una altura su romántica aglomeración de rectos cipreses. La escuela protestante asomaba sobre las míseras casuchas su mole de ladrillo rojo.

De esta  Escuela protestante hemos hablado en otro post, donde también hemos mencionado el  cementerio de San Martín, que fue inaugurado en 1840; en él fueron enterrados, entre otros, los pintores Eduardo Rosales y Eugenio Lucas. El Plan del Ensanche proyectó  convertirlo en un suntuoso jardín, pero finalmente fue arrasado y junto a sus tapias se arracimaron las llamadas «Cábilas», conjunto de miserables chabolas donde la familia Fliedner, fundadores de la Escuela protestante  de «El Porvenir»,  realizaron una gran labor de asistencia social.

En la magnífica Ciudad Universitaria de Madrid funciona ya la Facultad de Filosofía y Letras (p.106 y sgtes.) Publicado en La Nación, 22 de Febrero de 1933.

Es uno de los artículos más largo y entusiasta, entusiasta con la idea, y con la realización, y con el que en aquellos momentos era decano de la Universidad de Filosofia y Letras, Manuel García Morente,  de quien dice que es un perfecto universitario europeo, porque reúne como pocos universitarios de Europa las dos culturas complementarias de Francia y Alemania . Se ha formado en la Universidad alemana y en la francesa

Puede profetizarse sin temor que ha de ser la más bella del mundo. Se está construyendo en el noroeste de Madrid, en los terrenos de la antigua Moncloa, terraplenados en rotundos estadios y campos de deportes que, abiertos a los horizontes, se escalonan entre avenidas, las cuales ofrecen amplios accesos a los edificios escolares y a las residencias de estudiantes, prendiendo la vista con perspectivas fantásticas, Todo aquí es espacioso y claro. Todo de luz, la luz que tomó Velázquez de las minas de plata y azul de la sierra para los fondos de sus retratos ecuestres. La luz pura de estas alturas castellanas (Madrid es la capital más alta de Europa: 635 metros sobre el nivel del Mediterraneo)

Y no por casualidad el primer edificio  escolar inaugurado en la Ciudad Universitaria  ha sido el que alberga ya a la Facultad de Filosfía, es decir, de la ciencia de las ciencias.

El Madrid de Corpus Barga (1)

La gran vidriera Art Decó  realizada en  1935, según proyecto del arquitecto Agustín Aguirre y realizada por un gran equipo de los talleres Maumejean, fue destruída en 1936 en la guerra civil,  pero ha podido ser nuevamente instalada gracias a una gran labor de investigación que consiguió recuperarla a partir de documentos gráficos de la época

El programa iconográfico de la vidriera está basado en un recorrido simbólico de las principales culturas , creencias, religiones y corrientes filosóficas de la Historia de la Humanidad. Están representados la Prehistoria, con pinturas rupestres, el arte ibérico (La Dama de Elche), la América precolombina, Egipto, Siria, India, Grecia, Roma, la Edad Media y el Islam… El mundo moderno se representa con una rueda dentada con los rayos de una dinamo… Tiene una estructura geométrica y pautada en la que se insertan los depurados símbolos con un resultado visual semejante  a la representación didáctica de un jeroglífico egipcio

Quizá Corpus Barga no llegó a verla instalada en el efímero tiempo que pudo hacerse, pero la luz que a través de ella inunda su interior creo que le hubiese emocionado.

En el próximo post seguiremos «los pasos contados» de Corpus Barga en sus paseos infantiles desde la casa familiar de la calle Trujillos…

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