Goya en Madrid, en San Antonio de la Florida, ocupa un lugar encantador y lleno de recuerdos, que vamos a evocar para que, cuando este «coronavirus» se vaya para siempre – que ya queda menos – y podamos volver a pasear la ciudad, sea uno de los lugares a los que acudir con gran alegría.
Efectivamente, al otro lado del Manzanares, en la pequeña y entrañable Ermita y en su cementerio están los emocionados recuerdos del pintor,
Escritos sobre la piedra por el gran escultor Joaquín Vaquero Turcios (Madrid 1933)
Pero volvemos al monumento que representa a Goya en La Florida y en la parte delantera vemos una firma de Goya… una de las muchísimas, siempre con variantes, que empleaba al firmar sus cuadros y también sus cartas.
El monumento con su firma
Real Ermita de san Antonio de la Florida
Templo del Real Sitio de la Florida, ordenado edificar por el Rey Carlos IV con con bóvedas pintadas por Francisco de Goya en 1798. En ellas se representa un famoso milagro de san Antonio de Padua y constituye una de las obras maestras del artista, testimonio brillantísimo de su extraordinaria libertad creadora.
Para garantizar la conservación de sus pinturas, el edificio fue declarado Monumento Nacional en 1905 y más tarde, en 1928, se construyó a su lado una iglesia idéntica, para trasladar el culto y reservar la original como museo. Para entonces, esta capilla era además panteón conmemorativo del artista, pues en 1919 se habían trasladado aquí sus restos, traídos desde Burdeos, donde había muerto en 1828.
Esta obra de 1890, fue regalada al Estado Español por su autor, el pintor y escultor madrileño don José San Bartolomé Llaneces (Madrid 1864-1919), y en 1904 se ubicó en el exterior del Museo del Prado, más tarde estuvo en la Casa de la Villa, hasta que en 1986 se inauguró aquí, en San Antonio de La Florida.
Pero seguiremos hablando de Goya y de la ermita en un próximo post… mientras permanecemos en casa esperando que el coronavirus desaparezca para siempre…