A Torrejón de Ardoz hemos ido muchos madrileños desde hace años para conocer y admirar su «Casa Grande» con el Museo de Iconos, y quizá últimamente, para recorrer su original Parque de Europa Pero muy pocos, me temo, hemos ido para visitar su notable casco urbano, que es lo que acabo de hacer y con gran sorpresa por mi parte.
Nada más llegar a la estación de tren y ver, en su amplia explanada exterior, el emotivo monumento a las víctimas del 11-M (del escultor José Luis Fernández) ya empezamos a percibir lo que enseguida vamos a comprobar en el cercano
Museo de la ciudad
El viejo edificio de la Herrería rescatado y restaurado que nos recibe con este claro mensaje
Y que fue inaugurado en 2011
En sus dos plantas (una tercera dedicada a exposiciones temporales) nos van narrando mediante ilustraciones, paneles de textos, reproducciones y videos la historia de Torrejón de Ardoz. Se describe su ubicación geográfica, en el sector central de la Fosa del Tajo o Fosa de Madrid, en el espacio conocido como macrocomarca de la Alcarria, que penetra por el este de la Comunidad de Madrid con altos páramos, desde la provincia de Guadalajara hasta las inmediaciones del Jarama.
En este ámbito geográfico se encuentra el yacimiento arqueológico del Poblado de Soto del Henares, en Torrejón lindando con Alcalá, entre el curso del río Henares y la desembocadura del arroyo del Torote, y que corresponde a una ocupación caracteristica de la Prehistoria Madrileña desde el Neolítico hasta la Primera Edad de Hierro (8oo-5oo a.d.C.). Podemos ver algunas reproducciones de la cerámica encontrada y también dos enterramientos humanos y uno de animales, cabras y ovejas, que parece corresponder a algún ritual..
Conocemos como en el transcurso de los siglos toda la zona pasó, de ser poblada por los carpetanos, a ser dominada por los romanos, que la valoraron mucho por ser una zona de transito desde el Valle del Duero hasta la Depresión del Tajo.
Y nos enteramos de que su origen como pueblo se encuentra quizá a mediados del siglo XII, en tiempos de lucha con los árabes, tiempos en los que era muy necesario fortificarse y estar bien comunicados, para lo cual se levantaban torres situadas estrategicamente para que visualmente pudieran avisar mediante fuegos de los avances enemigos.
Así quizá pudo ser la torre (de la que no quedan restos) en torno a la cual se aglutinó un poblado que dio lugar al actual pueblo de Torrejón.
Siglos después el enclave de Torrejón de Ardoz, situado en el Camino Real que partía de la Corte hacía Barcelona, siempre ha sido estratégico. El Camino era la principal via de comunicación y por ella se transportaban los productos que se producían en la villa y que se vendían en Madrid (cebada y ladrillos, principalmente). Por el Camino Real pasaban los arroyos Torote, Pelayo y Ardoz que, con sus frecuentes y fuertes riadas, le dejaban practicamente intransitable… Y nos cuentan en el Museo que «Esta via, paso obligado de Miguel de Cervantes, cuando se dirigia desde su ciudad natal a Madrid, dividía Torrejón en dos mitades ramificadas por otros caminos de menor importancia, que trasladaban a los vecinos a los municipios aledaños o a las tierras de cultivo»
El apelativo de Ardoz, viene dado por uno de los tres arroyos que surcan el término y que nace en Daganzo de Arriba, va paralelo al arroyo del Torote, tiene un recorrido de 36 Km. y en algunos puntos ha sido desviado de su cauce (Base Aérea de Torrejón) y en otros entubado (calle de la Cañada) y precisamente desde este punto atraviesa en superficie el actual Parque de Europa, y próximo a su salida del Parque desemboca en el Henares, en un lugar conocido como Fuente de la Teja.
De todo eso y mucho más nos podemos enterar visitando el Museo que, como se ha dicho, era una antigua Herrería, lo cual justifica la oportuna lápida que en la casa contigua nos recuerda que aquí Cervantes paraba a que herraran las caballerías en sus recorridos como recaudador de impuestos,… y también que aqui tomaba «sus buenos vinos y pinchos de la época».
Centro urbano de Torrejón de Ardoz
Y ahora tomamos por la calle de Enmedio (curioso este nombre que quizá quiera significar que está en la mitad de la villa, pero que en el sabio refranero español, «tirar por la calle de enmedio» significa adoptar una decisión determinada, superando las vacilaciones…)
Y eso es lo que yo hago y pronto me doy cuenta de mi acierto cuando me encuentro un ancho paseo peatonal…con unos briosos «caballos en libertad»
que me van guiando hasta la amplia Plaza Mayor, con soportales, el Ayuntamiento y la Iglesia, con fuentes y árboles…
Bordeando la Iglesia de San Juan Evangelista encuentro este pequeño parque dedicado a Adolfo Suárez
Y ahora he dejado para el final otra de las sorpresas de este recorrido tranquilo por el centro de Torrejón de Ardoz:
La iglesia de San Juan Evangelista, situada en la Plaza Mayor, que se empezó a edificar a partir del siglo XVI, como una pequeña iglesia pero que en 1784, unas importantes obras de ampliación la transformaron en lo que ahora vemos, una iglesia con planta basilical de tres naves y cúpula….y en su altar mayor, la sorpresa de un cuadro de Claudio Coello, «El Martirio de San Juan Evangelista», que data del año 1675.
En este gran lienzo, Claudio Coello (Madrid 1642-1693) demuestra una vez más su preferencia por mostrar la serenidad y la belleza del cuerpo humano incluso en los martirios. A san Juan están a punto de sumergirle en una caldero de aceite hirviendo…pero viendo su expresión nadie lo diría. Así opinaba el crítico de Arte Juan Antonio Gaya Nuño (1913-1976) en el libro que le dedicó en la colección «Arte y Artistas» del Instituto Diego Velázquez del CSIC en 1957, refieriéndose a este cuadro precisamente.
Algunos críticos de arte le han considerado como el peor cuadro del pintor pero otros, como el historiador de arte Edward J. Sullivan (New-York 1949) dice de él en su libro Claudio Coello y la pintura barroca madrileña que «se trata de una obra muy lograda en una elegante composición en espiral».
Esta pìntura estaba destinada a un gran retablo efectuado por José de Ratés, prestigioso escultor catalán que instaló su taller en el Paular y en Segovia. Desgraciadamente este retablo fue destruído en la guerra civil y el cuadro, al parecer, se salvó por la valentía de un anómino torrejonero, que logró rescatarle y hacerle llegar posteriormente a Bellas Artes, donde tuvo que ser restaurado.
Todos estos datos y muchos más están reflejados en el libro Torrejón de Ardoz .Una historia viva, de José M. Merino Arribas, Yolanda Ruiz Esteban, Luis M. Gutierrez Torrecilla y Fernando García Manzanero. Una primera edición (debajo) de 1984, y una segunda (arriba) corregida y aumentada de 2004.
Tendremos que seguir recorriendo más lugares interesantes de Torrejón de Ardoz.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
Muy interesante, María Rosa, tu entrada de Torrejón de Ardoz, se necesitaba porque es una ciudad poco conocida, aunque tiene rutas estupendas. A veces voy al Parque de Europa, que ahora en primavera está precioso, y me doy un paseo por toda Europa, visitando sus monumentos más relevantes, sin moverme de la Comunidad de Madrid, además tiene dentro del parque dos o tres chiringuitos donde se puede comer.
Hablas del yacimiento de Soto del Henares, ahora en este lugar hay una estación de tren en el recorrido de cercanías que va de Alcalá de Henares a Madrid )cuyas paradas son: Alcalá de Henares, La Garena, Soto del Henares, Torrejón de Ardoz, etc.) porque aquí han construido un moderno hospital.
Me gusta mucho que te detengas para darnos a conocer el origen del nombre. La toponimia es una de mis aficiones favoritas.
Muchas gracias por compartir esta ciudad con nosotros e invitarnos a descubrirla. Un abrazo de María Ignacia.
Pues me hgce mucha ilusión que conozcas tan bien la zona y que te guste tanto como a mi. Tenemos muchos gustos en común. Un día tengo que pararme en Soto del Henares para conocerlo y me han dicho que tiene un buen parque. Un abrazo y gracias por tu comentario.
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