La Plaza de Chamberí es un espacio que guarda muchas sorpresas. Ya vimos alguna el otro día cuando descendimos a su antigua estación de Metro, ahora convertida en Museo.Pero tiene más recuerdos entrañables, entre ellos el lugar donde reposa una Santa madrileña, María Soledad Torres Acosta, y el Monumento a una gran artista también madrileña, Loreto Prado, y fue el lugar donde nació el político, también madrileño, Francisco Largo Caballero.
El Barrio de Chamberí
El barrio de Chamberí surgió fuera de la cerca de Madrid en terrenos que pertenecían al término municipal de Fuencarral, y fue un lugar marginal conocido como Los Tejares, por los muchos que había y con una población de aluvión que construía sus vivienda según iban llegando. Todo ello cambió a mitad del XIX con el famoso plan del Ensanche de Carlos Maria de Castro; la especulación posterior del suelo hizo que desde los principios del siglo XX esta zona se convirtiera en uno de los barrios más selectos de la capital.
Plano del barrio de Chamberí cuando aún no habían devuelto a la calle de Joaquín García Morato su antiguo nombre de Santa Engracia, y el de Facundo Cañada a principios del XX
El nombre actual, con resonancias francesas parece que procede o bien de la ciudad de Chambéry de donde era la reina Luisa Gabriela de Saboya, primera esposa de Felipe V, o de una quinta con este mismo nombre que estaba en la zona y era de una cantante de principios del XIX llamada Benita Moreno, o por un regimiento francés también llamado Chambéry que acampó aquí durante la guerra de la Independencia…¡cualquiera sabe!…El caso es que Chamberí se convirtió en uno de los barrios más madrileños y «castizos» de la ciudad.
Fue a partir de que los herederos de una finca que había pertenecido al marqués de Santiago empezaran a edificar, en la primera mitad del XIX, casas de vecinos para los obreros y edificios de lujo para clases muy acomodadas, unidas por anchas calles y paseos. En realidad hay dos zonas en el barrio, divididas por la calle de Santa Engracia; la zona que va hasta Bravo Murillo es más popular y conserva edificios más antiguos, mientras la que llega hasta el Paseo de la Castellana es más moderna y lujosa.
La Junta Municipal y sus lápidas
Hoy nos vamos a centrar en la plaza del barrio, situada precisamente en ese eje de la calle Santa Engracia y que era conocida en los orígenes del barrio como la plaza Vieja. Este era el lugar de la finca y la quinta del mencionado marqués de Santiago, y aquí se levantó el edificio que primero fue Tenencia de Alcaldía y ahora Junta Municipal de Chamberí.
En su fachada tenemos dos lápidas conmemorativas
El Racing Club era una entidad deportiva fundada en 1914, con sede en Madrid, un club histórico en la capital y que estuvo muy vinculado al barrio, de forma que uno de los apodos de sus seguidores era el de «chamberileros» y también de «rojinegros» por su camiseta de anchas rayas rojas y negras. Su terreno de juego se encontraba donde ahora está el Teatro Amaya (antes fue cine) en el Paseo del General Martínez Campos.
El desastre de Annual en el verano del 21 fue terrible, con gran número de muertos y heridos. Provocó, además de una gran indignación, un movimiento general de solidaridad con las víctimas y la Federación de fútbol ordenó que se organizaran partidos benéficos con ese fin. No he encontrado más referencias a esta lápida que se refiere sin duda a aquellos dolorosos hechos que afectaron a tantos jóvenes soldados.
Esta otra lápida se refiere a un vecino del barrio, que nació aquí en la plaza, en una humilde buhardilla, que estudió en las Escuales Pías de San Antón, hasta que la extrema necesidad le obligó a buscar trabajo a partir de los 7 años, y a los 9 se inició en el oficio de estuquista que ejerció durante 32 años. A los 20 se afilió al Partido Socialista. De septiembre del 1936 a mayo del 1937 fue Presidente del Consejo Ministros. Murió exiliado en París en 1948.
Para conocer su vida es interesante leer la biografia publicada en 2013, Largo Caballero. El tesón y la quimera. Barcelona: Debate. ISBN 978-84-8306-923-3. de Julio Aróstegui.
Iglesia de las Siervas de Maria
Y he aquí a una madrileña vinculada al barrio y concretamente a esta plaza, donde está la sede de su fundación, que tiene como objetivo la atención a los enfermos en su domicilio y la iglesia donde descansan sus restos.
El templo y el convento fueron obra de don Francisco de Cubas y se inauguró el 22 de abril de 1883. Pérez Galdós, que tan bien conocía Madrid, ya lo menciona en su novela Tristana.
Loreto Prado
Seguimos con las sorpresas. Ahora nos encontramos con Loreto Prado
Fue una de las actrices de teatro más querida y conocida en Madrid y junto a su compañero en la vida y en la escena, Enrique Chicote, hizo reir y sonreir a todos.
Nació en Madrid en la calle de La Madera en 1863. La ruina de su familia la hizo dedicarse al teatro. En el Apolo sustituyó a una actriz protagonista que había enfermado y fue su revelación. Luego pasó al teatro Martín y desde 1887 formó compañía con Enrique Chicote y actuaron durante más de medio siglo, siempre con gran éxito, principalmente en el Romea y en el Cómico. En 1943, en el teatro Cervantes de Sevilla, sufrió un desvanecimiento y un més más tarde, el 25 de junio, falleció en Madrid. Su entierro fue multitudinario.
Azorín le dedicó una sentida y emocionada despedida en el diario ABC del 4 de julio de 1943. Enrique Chicote escribió su biografía y Ana Mariscal en su libro «Cincuenta años de teatro en Madrid» dice de ella que era «una diminuta y gran mujer». Madrid dedicó una calle a los dos actores, Loreto y Chicote, muy cerca de la Gran Vía.
Al año siguiente Mariano Benlliure inauguraba una escultura de Loreto en la Plaza de Chamberí. Se hizo por suscripción pública y se pensó ubicarla en su tumba en el cementerio de Santa María, pero finalmente se quedó en este barrio donde el afamado escultor tenía su estudio, en la esquina de la Plaza del Doctor Marañón con Abascal. Esta fue la última escultura pública de Benlliure (falleció en el 47) Pero lamentablemente la escultura tuvo que ser sustiuída en 1989 por el deterioro de la piedra arenisca original. La copia en caliza blanca ha perdido mucho si se compara con algunas fotos de la original.
Aparece con amplio mantón apoyada en una estela con un bajorrelieve de la Virgen de la Paloma (a la que tenía mucha devoción) y el escudo de Madrid, sobre el que puede leerse «El pueblo de Madrid a Loreto Prado»,
Un túnel misterioso
Y, como última sorpresa de la Plaza de Chamberí, quiero mostrar un artículo que guardo desde el año 85 y que ignoro si al fin estas «catacumbas» han sido ya analizadas e investigadas para aportar un nuevo dato a la historia de Chamberí, como se dice en su último párrafo.
Quizá Mercedes, en su magnífico blog de Arte de Madrid, que varias veces ha tocado este tema tan apasionante de los túneles madrileños, no los pueda aclarar.
¡Hola María Rosa! Lo primero felicidades por este nuevo precioso blog dedicado a Madrid. Este artículo sobre la plaza de Chamberí y los anteriores ya nos muestran lo bueno que va a ser y la cantidad de cosas que tienes que contarnos 🙂
Y gracias por tus siempre generosas palabras. Ese túnel lo encontraron cuando se hicieron las obras en los años 80 (horrible reforma que por suerte eliminaron años después) y creo recordar que se dijo que era un refugio o quizá un polvorín, como cuenta tu noticia.
Estoy de novata en este nuevo blog en el que me voy a dedicar sólo a Madrid y a su comunidad, mientras en el “de siempre” seguiré con el resto de España. Es un nuevo sistema y me está costando un poco. Te agradezco mucho tu comentario. Tú eres un gran ejemplo con tu blog tan ameno y tan trabajado y sorprendente. Fue una suerte encontrarte.