Madrid literario: Elena Fortún

Hace unos pocos años y de forma casual descubrí el monumento a una escritora que llenó muchas horas de mi infancia: Elena Fortún. El sencillo pero emotivo monumento se encuentra en el Parque del Oeste de Madrid. Se inauguró en 1957 por iniciativa del Círculo de Bellas Artes y su autor fue el escultor José Planes Peñalver ((Espinardo, Murcia 1891-1974)

El recuerdo en el Parque del Oeste

IMG_3172_1024x768

Me alegré mucho de este reconocimiento tan merecido y me encantó su emplazamiento tan recoleto y bonito.

Monumento Elena Fortún
«Los niños españoles a Elena Fortún, 17 noviembre 1885-8 mayo 1952»

A cada lado del rostro de su creadora, un niño y una niña la acompañan, son Celia y Cuchifritín, los dos personajes más famosos de sus libros.

Elena Fortún. Parque del OesteEL monumento está en un rincón verdaderamente encantador, al final del Paseo de Camoens, junto al Manantial de la Salud, bajo un árbol, rodeado de flores y oyendo siempre el rumor del agua…Aunque quizá hubiese sido más indicado situarlo  en el Parque del Retiro como veremos más adelante

IMG_3165_1024x768

Biografía de Encarnación Aragoneses (Elena Fortún)

Elena Fortún es el seudónimo de Encarnación Aragoneses Urquijo, nacida en 1885 en la calle Bailén y fallecida  en Madrid en 1952. Su infancia y adolescencia las vivió en las calles  de Huertas y Villanueva. Aquí  falleció su padre al que estaba muy unida, en 1904. A los dos años se casó con su  primo segundo, Eusebio de Gorbea Lenmi, teniente de infantería con el que tuvo  dos hijos, Luis nacido en 1908 y Manuel en 1909.

Elena Fortún
Placa en la calle de las Huertas nº 41

Eusebio era un militar de ideas republicanas y extensa cultura literaria que escribió  algunas piezas teatrales, e incluso fue actor, y también una novela histórica Los mil años de Elena Fortún (en 1922) nombre que su esposa adoptó como seudónimo cuando empezó a destacar como escritora en 1928.

Hasta 1919 siguieron viviendo en la casa materna de la calle Villanueva nº 17, muy cerca del Parque del Retiro, al que Encarnación llevaba a jugar a sus hijos y allí empezó a observar mucho a los niños, anotando en unos cuadernos sus ocurrencias y travesuras. El anotar todo en pequeños cuadernos que siempre llevaba consigo fue una constante en su vida.

A finales del 1919 se trasladó la familia a la calle Ponzano 18 y allí les llegaron tiempos de desgracia, pues el pequeño Manuel murió a los pocos meses con 9 años… Uno de los refugios de Encarnación, para mitigar el tremendo dolor, fue la escritura en la que empezó a volcarse,  Para ello fue también fundamental la amistad que estableció en este tiempo con María Lejárraga, esposa de Martínez Sierra, que la introdujo en los círculos femeninos más literarios del momento¹ y la apoyó como escritora.

Su inicio como escritora

El traslado de su marido a Tenerife en 1922, fue el  impulso definitivo a su trayectoria como escritora. La acogedora  familia de su gran amiga Mercedes Hernández y especialmente sus pequeños hijos Florinda y Félix  fueron su gran inspiración; ellos se convirtieron en  Celia y Cuchifritín, protagonistas de sus historias, más tarde convertidas en libros. Aquellos apuntes tomados en el Retiro madrileño mientras oía y  observaba a sus hijos y amiguitos encontraron al fin su lugar.

Así surgió el personaje de Celia, una niña madrileña, de siete años, que vive en la calle Serrano, en una acomodada familia burguesa, que cuestiona todo lo que le dicen los mayores, que tiene ocurrencias muy divertidas junto a su hermano Cuchifritín y su prima Matonkiki, pero que ponen en jaque a toda su familia.

Sus amigas hicieron llegar estos escritos a Torcuato Luca de Tena, director del ABC y de Blanco y Negro, que con gran acierto decidió incorporarlos al suplemento infantil de éste último titulado Gente menuda. Fueron tan bien acogidos que Manuel Aguilar los empezó a editar como libros en 1934; el éxito superó todo lo previsto y la hicieron famosa.

Fueron, hasta la década de los 60, los libros preferidos de muchas niñas y yo conservo, como un tesoro, algunos de ellos.

Elena Fortún
Celia lo que dice (1929), «Celia novelista» (1934), «Celia en el colegio» (1932), «Celia madrecita» (1939), «Los cuentos que Celia cuenta a las niñas» (1950)
Elena Fortún
«Celia. Lo que dice». Ilustraciones de Boni. Aguilar.

Elena Fortún en la Guerra Civil

A Encarnación y Eusebio les tocó vivir una época muy dura y dificil, que terminó conduciéndoles a su exilio a Buenos Aires. Conforme la vida se le iba complicando, ella iba complicando la de Celia, que también conoció el dolor, la escasez, el desarraigo, la búsqueda de un trabajo fuera de España… De todo ello quedó testimonio en sus libros que, a partir de Celia madrecita (1939) inician un recorrido muy similar al que le tocó seguir a Encarnación…

Pero hay una época silenciada, la de la guerra civil que Encarnación vivió en parte en Madrid. El primer borrador sobre sus vivencias noveladas es de 1943, pero no se publicó en España pues la censura lo prohibió. Por fin vio la luz en 1987 en la editorial Aguilar, con edicion y prólogo de Marisol Dorao e ilustraciones de Asun Balzola. Según se explica en el prólogo, el manuscrito lo conservaba la viuda de su hijo Luis que residía en EEUU. Esta edición se agotó rapidamente, por lo que los ejemplares de segunda mano han alcanzado precios de rareza bibliográfica.

Ahora, afortunadamente, ha vuelto a publicarse en la editorial Renacimiento y con un gran prólogo de Andrés Trapiello.

Ya no es un libro para niños, es una novela durísima. Lo que Elena Fortún vivió y observó durante la guerra en Madrid  nos lo cuenta a través de los ojos de una joven llamada Celia… que ya no era  la niña traviesa y alegre que vivía en la calle Serrano…

Elena Fortún

Para saber más:

¹En diciembre de 2009 se publicó un libro titulado La conspiración de las lectoras de José Antonio Marina y Mª Teresa Rodriguez de Castro. En él  se habla del grupo de mujeres que en la década de los años 1920

fundaron en Madrid el Lyceum, para reunirse, conversar e intercambiar opiniones y no hubo intelectual, médico o artista destacado de la época que no diera allí una conferencia. Eran cultas y brillantes…

Y entre ellas se encontraba Elena Fortún. Está editado por Anagrama y el Círculo de Lectores.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.