Antonio Machado en Madrid nos seguirá conduciendo por los lugares madrileños por donde se movió el entrañable poeta que, como hemos leido anteriormente, el 22 de este mes de febrero hizo 80 años que nos dejó.
A los 14 años Antonio Machado había terminado la enseñanza impartida por la Institución Libre de Enseñanza (ILE) y se enfrentaba a los estudios reglados del Bachillerato en el Instituto de San Isidro, donde un año antes había ingresado su hermano mayor, Manuel.
Para Antonio fue un fuerte choque el paso de la Intitución al Instituto. Eran dos formas de enseñar completamente distintas; más acorde con su sensibilidad la de la Institución, donde no había competitividad ni exámenes, y se aplicaban las más avanzadas teorías pedagógicas y científicas que se estaban desarrollando fuera de nuestras fronteras, con la idea de despertar el interés de los alumnos hacia una amplia cultura general sin dejar de lado la salud, la corrección, la humana tolerancia, la conciencia del deber, las actividades al aire libre, etc. etc.
Antonio Machado en el Instituto de San Isidro
El Instituto de San Isidro era el heredero del Colegio Imperial de los Jesuítas, así llamado por ser fruto de la cuantiosa herencia que la emperatriz María, hermana de Felipe II, dejó al morir en 1603 a la Orden. Pero la expulsión de los jesuítas de España, por decreto de Carlos III en 1767, hizo que la iglesia pasara a ser Colegiata (bajo la advocación de San Isidro, cuyo cuerpo fue trasladado desde la iglesia de San Andrés),
y también repercutió logicamente en el citado Colegio Imperial que, a partir de ese momento, tuvo profesores seglares.
Afortunadamente no se extinguió por ello el interés por el conocimiento que aquí se había cultivado, porque fue uno de los primeros lugares donde se enseñaron Matemáticas, Física y Química (se pueden ver algunos de los aparatos que para ello trajeron de Londres y París), y que, entre otros adelantos, tuvo un Gabinete de Historia Natural y un Observatorio Astronómico.
Para situarse en alguna de sus aulas, quizá similar a la que vemos aquí, donde era más lejana la relación del profesor con el alumno.
Ese choque entre dos sistemas de enseñaza diferentes se refleja en su expediente académico, que pude ver hace unos años en el interesantisimo Museo del Instituto (posteriormente cerrado pero que ahora está iniciando una nueva apertura)
Notas muy deficientes y también diferentes de las de su hermano Manuel que, en cambio, no acusó tanto el cambio de método en el sistema de enseñanza.
Al curso siguiente Antonio pasó al Instituto Cardenal Cisneros, en la calle de Los Reyes, junto a la Universidad Central de San Bernardo, también antigua sede de los Jesuítas.
Instituto Cardenal Cisneros
El Instituto Cisneros nace en 1845, con el nombre de Instituto del Noviciado, tras el establecimiento de los Estudios de Segunda Enseñanza Elemental en el Plan de D. Pedro José Pidal en 1845 durante el reinado de Isabel II. Es el primero de Madrid, junto al San Isidro, y en su historia se refleja la de la Enseñanza Secundaria y por extensión la historia en general.
Está situado en la calle de los Reyes nº 4, entre las calles de San Bernardo y Amaniel, y próxima a la Plaza de España y la Gran Vía. Su primitivo nombre se debe a que se inició dando las clases en aulas del Noviciado de los jesuítas de la calle San Bernardo. El nombre del Cardenal Cisneros se adopta en 1877, en honor del fundador de la Universidad de Alcalá.
El centro careció de edificio propio hasta que siendo Ministro de Fomento el Conde de Toreno, antiguo alumno del instituto, se adquiere en 1876 la casa-tahona del Marqués de Linares y sobre su solar se levanta el actual edificio proyectado en 1878 por el arquitecto Francisco Jareño, el mismo que realiza la Biblioteca Nacional. Se termina en 1888 y las clases comienzan al curso siguiente.
Una escalera imperial, de mármol, iluminada por vidrieras que reproducen grecas y el escudo del Cardenal Cisneros, comunica los distintos pisos.
Datos y fotografía obtenidos en el siguiente enlace
Gracias a que a dos profesoras, Begoña Talavera y Gloria González, de este venerable Instituto madrileño, tuvieron la gran decisión de investigar en su historia, a través de los cientos y cientos de expedientes almacenados en un exhaustivo trabajo, ahora podemos conocer cuantos jóvenes alumnos (las alumnas tardaron mucho en aparecer y siempre en muy pequeño número) pasaron por aquí…y cuantos de ellos fueron posteriormente famosos en diversos campos y como eran sus expedientes académicos.
Y ahí aparece el nombre de Antonio Machado del cual, viendo su historia académica, nada hacía prever al literato y al intelectual que fue, porque más bien los legajos recuperados “parecen corresponder al prototipo del mal alumno, discontinuo y con notas mediocres”, según dicen las citadas profesoras. Así son las cosas. Su expediente del curso 1889-1900 muestra un suspenso en latín y en castellano, notable en segunda convocatoria en Física y Química, y sobresaliente en francés.
Así que Antonio Machado dejó los estudios reglados y pasaron 16 años hasta que obtuvo el título de bachiller.
Seguiremos viendo cómo continuó desarrollandose su vida en Madrid.