Los cafés desaparecidos de Madrid forman parte de la historia de la ciudad. Cada vez que cierran uno se cierra una parte de ella.
George Steiner (París 1929) en un delicioso libro editado por Siruela titulado «La idea de Europa», que no es sino el texto de una conferencia dada por el mismo autor y que, en esta edición, cuenta con un ilustrador prólogo de Vargas Llosa, nos dice
Europa está cubierta de cafés; ellos han moldeado la cultura europea, el carácter reflexivo y en muchas ocasiones paradójico del arte europeo sólo se puede dar en un ambiente pausado (…)
Y lo corrobora Vargas Llosa en su citado prólogo, pues según él:
Europa es ante todo un cafe repleto de gentes y palabras, donde se escribe poesía, conspira, filosofa y practica la civilizada tertulia, ese café que de Madrid a Viena, de San Petesburgo a París, de Berlín a Roma y de Praga a Lisboa es inseparable de las grandes empresas culturales, artísticas y políticas de Occidente, en cuyas mesas de madera y paredes tiznadas de humo nacieron todos los grandes sistema filosóficos, los experimentos formales, las revoluciones ideològicas y estéticas…
Con estos dos grandes avales está más que justificado la gran pérdida que supone el cierre de cafés antiguos en Madrid. El más reciente, el del Café Comercial , lo contaba Mercedes en su blog, Y aunque ahora dicen que lo van a abrir otra vez… mucho nos tememos que ya sea algo diferente.
Pero la última noticia que he leído en el País del sábado 27, en la sección de Madrid de Jorge F. Hernández se refiere al inminente cierre de la Cervecería Santa Bárbara de la calle de Alcalá esquina a Goya…
Una cervecería no es un café, pero encontraron su lugar hace mucho tiempo en Madrid, donde conviven en armonía ambas bebidas, compartiendo también su poder de crear tertulia en torno a sus mesas, segun leo en un interesante artículo titulado «Del Pombo al Ateneo» de Sabina Luisa Díez Moreno:
La cerveza se introdujo en España en el siglo XVI con la venida del emperador, cuyo séquito se habia aficionado enormemente a la rubia bebida. Por privilegio real, a finales del XVIII, sólo don Juan Dermir y Erique Colenaus tenían el monopolio para fabricar y suministrar a la villa el exótico fermento. En el XVIII sólo gozó de esta exclusiva don Juan Treviño Rufino.
Su importancia comienza en el siguiente siglo. Madoz en 1848 detecta las fábricas de Santa Bárbara, Lavapiés, Libertad, Leganitos, Universidad y Bastero, como de relevante importancia, sin descartar la existencia de otras más pequeñas..
Pero a pesar de tres siglos de historia cervecera, en la capital no eran muy frecuentes los locales dedicados especificamente a su consumo. Cuando el 4 de marzo de 1904 un grupo elitista de alemanes en esta corte deciden montarse un club abierto al público, .para el exclusivo consumo de cerveza los madrileños se echan las manos a la cabeza.
Este local estuvo y, afortunadamente sigue situado en la Plaza de San Ana, con el nombre de «Cervecería alemana» . En 1923 fue adquirido por el exitoso empresario asturiano Ramón González Sánchez -Anaya que consiguió hacerlo famoso con su cerveza servida en bocks acompañada de marisco.
Nos sigue contando la autora que fueron muchos, y muy famosos, los personajes que en esta cervecería «instalaron su lugar de reunión», escritores, pensadores, políticos y artistas… como Benavente, Jardiel, Valle Inclán, Solana, Zuloaga, Victor de la Serna…Besteiro, Prieto, José Antonio, María Guerrero, Rivelles… En la década de los cincuenta fue también frecuentada por Ernest Hemingway y Ava Gardner.
La cerveceria Santa Bárbara de la calle Alcalá
Pero volvamos a esta cerveceria instalada en tan singular edificio desde 1947 y que hasta 1966 se llamó de la Cruz Blanca, y cuya fábrica de Santa Bárba se remonta a 1815, y que va a cerrar pasado mañana 31 de agosto de 2016…
Esta esquina-torre tan poco común, no es única, pues son dos torres las que rematan las fachadas de los 5 edificios construídos en este solar triangular entre Goya, Alcalá y Gral. Díaz Porlier y que, como podemos apreciar mirando las fotografias, ambas son muy similares pero diferentes en la disposición de sus motivos decorativos.
El 17 de octubre de 1815 se concedió la licencia de fabricación de la cerveza Santa Bárbara en la calle de Hortaleza nº 2 de Madrid y en el año 1900 se abrió el primer despacho de cerveza en la propia fábrica. En Abril de 1947 se inauguró la Cruz Blanca de la calle Alcalá 149, ubicada en el edificio conocido como Casa de las Bolas proyectado por el arquitecto Julián Marín en la última década del siglo XIX y de construcción neo-mudéjar. Se cree que la decoración estaba influída por la cercanía de la antigua Plaza de Toros situada a la altura del Palacio de los Deportes.
En 1966 se abrió la Cerveceria Santa Bárbara, de la misma cadena, en la Plaza de Santa Bárbara.
El arquitecto Julián Marín
Julián Marín es un arquitecto digno de mayor conocimiento, que intervino activamente en la construcción del espacio conocido como «Madrid Moderno», una nueva forma de viviendas unifamiliares, que se construyeron en una zona de La Guindalera (entre el Paseo de Ronda – actual Francisco Silvela – y Ventas) en los años 1890-92, en unos terrenos de su propiedad. En la fase construida por el propio Julián Marín, el remate de las esquinas son torreones mudéjares muy similares a los de la citada Casa de las Bolas, conservandose algunos de ellos en la calle Roma.
Al parecer también donó 10.000 metros cuadrados para la Fundación Caldeiro y colaboró estrechamente con su amigo Alberto Aguilera en la construccion del Asilo de Santa Cristina en la Moncloa inaugurado en 1895 y que fue desgraciadamente destruido durante la guerra civil. En su recuerdo se alza un templete con una imagen de la Virgen.
Fue pues un profesional muy comprometido con las clases más desfavorecidas pues las viviendas del Madrid Moderno eran muy baratas en relación con el espacio interior disponible, incluido un pequeño jardín delantero y uno en la parte trasera. La actual Avenida de los Toreros llevó su nombre hasta 1953 en el que fue sustiuido. En cambio se conserva el de su mujer en la calle Rafaela Bonilla.
Despedimos con tristeza a esta cervecería que formaba parte de nuestro paisaje urbano.
Muy interesante reportaje, Mariarosa, de este emblemático local. . He ido muchas veces cuando se llamaba Cervecería de la Cruz Blanca y Santa Bárbara. Las fotos, como siempre, espléndidas, Echo en falta una del interior con su barra de mármol blanco y sus camareros mayores y españoles, de uniforme también blanco. Muchas gracias por dejar constancia de este suceso importante de la vida madrileña: nuestros edificios públicos y cafés y cervecerías son el baúl secreto de nuestras citas y recuerdos. María Ignacia
Tienes razón, pero nunca se me ha ocurrido fotografiarlo para el recuerdo por dentro… y ahora me ha pillado la noticia por sorpresa y fuera de Madrid…Gracias por tu comentario…Me gusta «lo del baúl secreto»
Gracias, María Rosa. Tu escrito es precioso, la memoria de los cafés y las cervecerías, tan emblemáticos de Madrid ambos.
He ido bastante a la que siempre llamábamos La Cruz Blanca, incluso antes de vivir bastante cerca como ahora, era una visita obligada a veces. Hoy me he tomado allí «la última caña» 🙂
Que detallazo Mercedes haber ido a tomar esa última caña…y estoy segura de que tú si que tendrás fotos del interior de la cervecería y más historias relacionadas con ella que nos podrás contar en tu inapreciable blog
… que desaparezcan estos sitios genuinos a mí me parece un drama… porque se va perdiendo el alma, lo que hace especial y distinta a una ciudad.
Como siempre es un placer leerte.
Beso
Hildy
Hola Hildy, yo también pienso que hay lugares que hacen que la ciudad nos sea más grata, que tengamos un lugar donde regresar y reencontranos con la nostalgia de un recuerdo de otros días, de otros momentos…en los que fuimos felices. Está visto que somos muy parecidas.
Sabina Luisa Díez era mi madre, gran experta en cafés y otros establecimientos centenarios de Madrid. ¡Qué ilusion verla citada!
No sabes como me ha alegrado tu comentario Almudena. El artículo de tu madre me pareció muy bueno y oportuno e interesante para este tema tan entrañable de los cafés que tanta historia encierran. Con todo afecto.