La Imprenta Municipal y su entorno son una inesperada sorpresa en una zona madrileña céntrica pero algo escondida, de esquinas insólitas, con nobles edificios en calles estrechas que tienen nombres que evocan lo que allí hubo hace siglos… y con un farolero que guarda su entrada dispuesto a encender su farola para que lo veamos todo bien
Estamos en el número 15 de la calle de la Concepción Jerónima, ante un edificio construído en los primeros años de la década de los treinta del pasado siglo, en el estilo llamado » racionalista industrial», por los arquitectos Francisco Javier Ferrero y Luis Bellido, con puerta de forja de hierro que recuerda el Art-Decó, y con su nombre en unas grandes letras de cemento, como las de los tipos móviles de las imprentas que se guardan en su interior, son un homenaje a la tipografía.
Pero antes de entrar vamos a conocer como es el entorno que este edificio tiene a su alrededor y que es muy interesante
La imprenta Municipal y su entorno
En esta imagen en 3D obtenida en Google Earth nos podemos hacer una idea del entramado de la zona. Desde la Plaza Mayor en el ángulo superior izquierdo seguimos a la Plaza de la Provincia con las torres que franquean la fachada principal del primitivo Palacio mandado construir por Felipe IV en 1629 como Sala de Alcaldes y Cárcel de Corte. Desde entonces ha tenido diversos empleos como Palacio de la Audiencia, Ministerio de Ultramar o Ministerio de Estado, y desde 1938 sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Actualmente se están llevando a cabo las obras de acondicionamiento del edificio sito en la Plaza del Marqués de Salamanca (antiguo edificio del Instituto Nacional de Industria, INI) , destinado a albergar la nueva sede del Ministerio.
También percibimos la Plaza de la Cruz de la que más tarde tomó el nombre el Palacio, y siguiendo la línea de la calle Atocha vemos la alta torre de la Iglesia también llamada de Santa Cruz (en la zona donde estuvo el Monasterio de Santo Tomás), cuya fábrica se prolonga con sus cúpulas y capillas hasta quedar enfrente y reflejarse en los cristales del primer piso de la Imprenta Municipal.
A la izquierda se alzan los muros (que igualmente se reflejan en los cristales)de la ampliación del Palacio de Santa Cruz que, en 1941, tras la expropiación y derribo de las casas que se habían alzado en el solar de la antigua Cárcel de El Salvador, realizó el arquitecto don Pedro Muguruza con una traza semejante al viejo Palacio, en rosado ladrillo y granito del Guadarrama, con armónicas torres. Una fachada de la citada ampliación da a la calle de la Concepcion Jerónima frente a la Imprenta
otra a la de Santo Tomás, nombre que evoca al convento e iglesia que hemos mencionado más arriba de la que luego hablaremos.
Una tercera fachada recorre la del Salvador, así llamada también en recuerdo del Oratorio y Convento de la Congregación de Sacerdotes Misioneros del Salvador del Mundo que se había construído en 1658, a espaldas de la Cárcel de Corte, haciendo esquina con la calle de la Concepción Jerónima. Durante el reinado de Carlos III se decidió trasladar la Cárcel de Corte a estos edificios, ofreciendo a cambio a los Misioneros del Salvador el edificio del Noviciado de los Jesuitas en San Bernardo, que había quedado vacio tras su expulsión de España por orden de Carlos III.
El antiguo callejón de la parte trasera del primitivo Palacio, se llamaba «de la Audiencia» pero los vecinos le llamaban «del Verdugo», pues allí vivía el que llevaba a cabo las ejecuciones en el s. XVIII. Con la reforma de Muguruza, el callejón se transformó en un patio interior que separa el viejo del nuevo edificio, comunicados entre si por un pasadizo aéreo que, por su parecido con el veneciano por donde pasaban los reos, se le llamó «Puente de los Suspiros».
La Imprenta Municipal y la calle de la Concepción Jerónima
Cuando en 1501 fallece don Francisco Ramírez, «El artillero» en un combate contra los moros de la serranía de Ronda, es su esposa, Beatriz Galindo «La Latina», la que tomó bajo su responsabilidad seguir la construcción del Hospital y del Monasterio de monjas anexo al mismo, fundados por su esposo en la calle de Toledo.
Este Hospital en su origen se ofreció a las monjas de la Concepción Francisca fundadas porla portuguesa Beatriz de Silva, sin duda por influencia de la ya fallecida Reina Católica que tanto la apreciaba. Pero Beatriz Galindo decidió encomendárselo a la Orden de la Concepción Jerónima con la que tenía una buena amistad. Enterados los franciscanos del próximo convento de san Francisco el Grande pusieron grandes inconvenientes que originaron pleitos que retrasaron la llegada de las religiosas y que dieron incluso lugar a la intervención del Rey Fernando el Católico a favor de «La Latina»… pero que no fue atendido.
Beatriz Galindo para evitar más problemas optó por volver al proyecto primitivo y llamar a las monjas de la Concepción Francisca para ocupar el convento anexo al Hospital y, en unos edificios de su propiedad, junto al Palacio donde había vivido con su esposo, fundó otro monasterio para las monjas de la Concepción Jerónima…. Este convento estuvo en la confluencia de las actuales calles del Duque de Rivas y la de la Concepción Jerónima; el convento tenía entrada por la calle Toledo y en la de Colegiata hacía frente al Colegio Imperial de los jesuitas; tenía huerta e iglesia de recios pilares, con bóvedas que recordaban al Escorial.
Pero en 1890 el Ayuntamiento ordenó su derribo para abrir la calle del Duque de Rivas y las monjas se trasladaron a otro convento… pero el callejero de Madrid ha conservado su memoria en el nombre de la calle donde se ubicó durante casi 400 años. Actualmente las religiosas de la Concepción Jerónima están en un convento en el Goloso donde está enterrada Beatriz Galindo.
Pero aún los muros de esta calle nos deparan otras sorpresas: nada más superar a la izquierda el Callejón de la Concepción Jerónima, nos encontramos este recuerdo del gran Velázquez que en este espacio vivió cuando vino a Madrid en 1623
Y unos pasos más allá otra evocación, en este caso a un personaje tan poco conocido como singular, José Marchena, nacido en Utrera (Sevilla) en 1768 y fallecido en Madrid el 31 de enero de 1821 en casa de su amigo Juan MacCrohon sin dejar «bienes de que poder testar». se gún podemos leer en este enlace
La Imprenta Municipal y la calle del Duque de Rivas
Aquí se encuentra, muy transformado, el Palacio donde Beatriz Galindo «La Latina» y su esposo Antonio Ramirez «El artillero» vivieron y que fue un claro ejemplo de un palacio-fortaleza del renacimiento español, con fachada plateresca coronada por los escudos del matrimonio.
Por sucesivas herencias este Palacio pasó a pertenecer al poeta Ángel Saavedra, duque de Rivas (de ahí el nombre de la calle) que era descendiente de Nuflo, segundo hijo de «La Latina» y «El Artillero». Más tarde lo heredó otro hijo del duque que ostentaba el titulo de marqués de Viana, con lo cual el Palacio pasó a llamarse «de Viana».
Desde1956 pertenece al inmediato Ministerio de Asuntos Exteriores y es la residencia oficial y de representación de los ministros de Asuntos Exteriores.
En primer plano el antiguo Palacio de Francisco Ramirez y su esposa Beatriz Galindo, y al otro lado la ampliación del Palacio de Santa Cruz.
La Imprenta Municipal y la calle de Santo Tomás
Frente a la Imprenta se abre la estrecha calle de Santo Tomás, único recuerdo que queda del espléndido y gran monasterio, iglesia y colegio, dedicados a dicho Santo y que aquí estuvo desde finales del XVI, hasta que fue declarado en ruina y derribado en 1876, sin dejar recuerdos de su espléndido barroco…
La Iglesia había tomado en 1869 el nombre de Santa Cruz, en memoria de la situada en la adyacente Plaza así llamada, y que había sido demolida…Luego, en 1872 sufrió un tremendo incendio y hubo que derribarla en 1876…con lo que desapareció todo el enorme conjunto. En el solar de la iglesia se inauguró la nueva y actual de Santa Cruz el 23 de enero de 1902.
Al final de la calle de Santo Tomás y desde la puerta de la Imprenta vemos los edificios de la Plaza de Santa Cruz
Y llega ya el momento de entrar en la
La Imprenta Municipal,
que hasta llegar aquí ha tenido un largo recorrido por Madrid, desde que en el Asilo de San Bernardino, patrocinado por el Marqués Viudo de Pontejos , para acoger a los pobres de la ciudad, se inició en 1853 la formación en el oficio de impresor a los jóvenes allí acogidos, para que realizaran los trabajos que el Ayuntamiento necesitaba…
luego pasaron a la Plaza Mayor en la Casa de la Panadería en 1876, y después a la Plaza de la Villa en la Casa de Cisneros en 1913, hasta el año 1934 en que se instaló definitivamente en este edificio de la calle Concepción Jerónima.
y que visitamos en una soleada mañana invernal
Y nos admiramos de su interior tan cuidado, amplio y luminoso
que, en la planta baja, nos va ilustrando mediante paneles y con auténticas muestras de casi todos los instrumentos mencionados.
Conocemos el largo camino recorrido desde la invención del papel en China a principios del s. II
hasta que en el siglo XII los árabes fabricaron papel en la Península Ibérica (en Játiva), y en torno a 1450 se llevó a cabo la invención de la imprenta de tipos móviles de Gutemberg en Maguncia (Alemania) y en 1471 aparece el primer libro impreso en España, el Sinodal de Aguilafuente (Segovia).
Y el libro se convierte en un objeto de Arte, no sólo por su contenido sino por su encuardernación
En el cuadro se representa el espacio en el que el encuadernador artístico realiza su creación. En el óleo de A. Narvarte, pintado en 1964, aparecen Antolín Palomino, en su taller madrileño, y Emilio Brugalla, barcelonés. Ambos representan la cumbre de la encuadernación artística española en las décadas centrales del siglo XX.
Esta es parte de la visión desde el piso superior donde se organizan exposiciones temporales,
Como la que ahora presenta titulada
Por todo esto es más que recomendable visitar este espacio tan ligado a la trasmisión de la cultura y tan vinculado a Madrid.
Notas
C/ Concepción Jerónima, 15
28012 Madrid
telef. 91 429 48 81
www.madrid.es/imprentamunicipal
Horario: de martes de viernes de 10 a 20h. Sábados, domingos y festivos de 10 a 14
Visitas guiadas:
La Imprenta Municipal organiza, previa reserva, visitas guiadas gratuitas para grupos y particulares (con un mínimo de 5 y un máximo de 20 personas) a su exposición permanente, recorriendo la historia de la imprenta desde la aparición de la prensa de Gutenberg hasta la introducción del offset.
Se realizan en horario de mañana y de tarde, así como en fines de semana alternos, durante todo el año excepto el mes de agosto, con una duración estimada de 1 hora.
Para más información y reservas puede utilizar el enlace «Petición de visita guiada», en Información relacionada.
Talleres para público adulto e infantil:
Todos los meses, excepto en julio y agosto, la Imprenta Municipal convoca diversos talleres relacionados con la imprenta, el libro y las artes gráficas. Desde la introducción a la tipografía tradicional hasta la caligrafía, pasando por diversas técnicas de grabado. Son gratuitos y no es necesario poseer conocimientos previos para acceder a ellos.
Se requiere inscripción previa en el momento de su convocatoria a través de nuestra web.