Leopoldo Alas «Clarin» en Madrid

Leopoldo Alas «Clarin», el famoso autor de «La Regenta» vivió y estudió en Madrid en una época de su vida, y colaboró con periódicos madrileños e incluso  alguna de sus  narraciones  suceden en Madrid.

 Leopoldo Alas “Clarín” en Madrid

Leopoldo García-Alas y Urueña, (Zamora 1852-Oviedo 1901) más conocido por el seudónimo de “Clarín” que él eligió cuando  inició su participación en la revista “El Solfeo”, creada por Antonio Sánchez Pérez, que recomendó a sus colaboradores eligieran un instrumento musical para su firma. La columna que “Clarín” escribía se titulaba “Azotacalles de Madrid. (Apuntes en la pared)”.  Y la inició así:

«Voy a inaugurar en verso / Mis revistas de Madrid /  Con un modesto romance / Que tenga su retintín; / Y voy a decir a ustedes / Lo que les quiero decir / Mediante Dios y mediante / El gobernador civil».

Aunque el título era tan musical se trataba de un periódico de marcado carácter político de tendencia republicana, que fue proscrito con la restauración de la dinastía borbónica en la persona de Alfonso XII, adoptando entonces un carácter más humorístico y crítico pero con una elevada altura literaria. En él colaboraron republicanos en el exilio, como el propio Nicolás Salmerón o Ángel Fernández de los Ríos, y también eran habituales entre otros Gumersindo de Azcárate, Armando Palacio Valdés, Luis Taboada etc. Desapareció este periódico en 1878.

En 1871  Leopldo había venido a Madrid en el mes de octubre para matricularse y cursar Letras en la Universidad Central de la calle San Bernardo, donde Castelar le dio clase de Historia y Francisco Giner de los Rios de Derecho Natural.

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid

La Universidad Central de Madrid,  instalada en lo que fue Noviciado, Iglesia y  Convento de los Jesuítas en la calle San Bernardo de Madrid a partir de 1842, en una tarjeta antigua  y ahora.

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid
Universidad Central de Madrid, en la calle San Bernardo haciendo esquina con la calle de los Reyes

Se  alojó «Clarin» en una posada de la calle Capellanes nº 2, que actualmente se llama «Maestro Victoria» y que hace esquina con la de Misericordia, donde vivió Pio Baroja,  junto al Monasterio de las Descalzas Reales, y muy cerca de donde vivió Corpus Barga

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid
Monasterio de las Descalzas Reales

Allí coincidió con otros amigos asturianos, entre ellos Armando Palacio Valdés del que era amigo desde la adolescencia y formaron un grupo de tertulianos, conocidos como “los de Oviedo” en la histórica Cerveceria Inglesa en la Carrera de San Jerónimo n.º 24 (dónde desde 1910 se alza el teatro Reina Victoria) que a su vez había ocupado el espacio de la no menos famosa «Botilleria Canosa».

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid
El teatro Reina Victoria en la Carrera de San Jerónimo

Otros tertulianos famosos de la Cerveceria eran Benito Pérez Galdós y Jacinto Benavente y fue centro de reunión de senadores y diputados por su cercanía a las Cortes, como el vecino Café de la Iberia, que se encontraba frente a ella, en el número 29 de la Carrera.

En julio de 1878 Leopoldo Alas obtuvo el título de Doctor en Derecho civil y canónico con la calificación de sobresaliente y dedicó su tesis doctoral (escrita en la biblioteca del Ateneo de Madrid, de  la calle de la Montera del que era asiduo) “El Derecho y la moralidad” , a su maestro Giner de los Ríos. A continuación preparó la oposición convocada en Salamanca para cubrir la cátedra de Economía Política y Estadística en la Universidad, pero aunque obtuvo la máxima calificación no le fue concedida la cátedra, ya que el Ministro de Instrucción pública, el conde de Toreno, gozaba de la prerrogativa de poder elegir finalmente al candidato y así se vengó de las duras críticas y sátiras que Clarín le había dedicado en el “Solfeo” .

En 1882 recibió su nombramiento para la Cátedra de Economia Política y Estadística en la Universidad de Zaragoza, y ese mismo años contrajo matrimonio en la Laguna (valle de Langreo) con Onofre García-Argüelles, y en 1883 se trasladó a Oviedo como Catedrático de Derecho Romano y Derecho Natural, lo cual no le impedía seguir escribiendo artículos periodísticos para “El Globo”, “La Ilustración” y en “Madrid cómico” (en este último con una sección titulada “paliques” que también le proporcionó muchos enemigos políticos).

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid

En 1881 publicó el libro “Solos de Clarín” de critica literaria que le prologó José Echegaray (Madrid 1832-1916, el gran matemático español y futuro Premio Nobel de Literatura en 1904) y en el que, a lo largo de 224 páginas se refiere a algunas de las obras de Menéndez Pelayo,  Castelar, Echegaray, Pérez Galdós, Alarcón, Pereda, Juan Valera, Campoamor, etc.

En 1884 desde su casa en Oviedo, en la calle Uria 34, escribe (con su letra tan ilegible y característica) a Galdós,  contándole lo bien que se encontraba  allí,  alternando su trabajo en la Universidad con sus partidas de billar en el Casino y sus lecturas… entre ellas los libros del propio  Galdós… y también le cuenta que ha empezado a escribir La Regenta…

 Es bien sabido que “La Regenta”, la admirable novela de Clarín no pudo ser publicada en Asturias, por la total oposición de las fuerzas conservadoras así que hubo de ver la luz en Barcelona, publicada por Daniel Cortezo y Cía. en la Biblioteca “Arte y Letras”, en 1884 el primer tomo y en 1885 el segundo, con ilustraciones de Juan Llimona y grabados de Gómez Polo.

Hasta enero de 1901 no apareció su segunda edición, esta vez en Madrid, en la librería de Fernando Fe, situada en la Puerta del Sol esquina a la Carrera de San Jerónimo y en ella figuró un amplio, pormenorizado y elogioso prólogo de Benito Pérez Galdós…que sería, quiero imaginar, una de las últimas alegrías de Clarín…ya que falleció en junio de ese mismo año 1901…

Transcribo uno de los párrafos del citado prólogo de Galdós:

“…De mí sé decir que pocas obras he leído en que el interés profundo, la verdad de los caracteres y la viveza del lenguaje me hayan hecho olvidar tanto como en esta las dimensiones, terminando la lectura con el desconsuelo de no tener por delante otra derivación de los mismos sucesos y nueva salida o reencarnación de los propios personajes»

En 2010 sus bisnietos, Leopoldo y Cristina Tolivar Alas,  cedieron en depósito gratuitamente al Principado de Asturias  la biblioteca familiar y el achivo que, entre otros documentos, conservaba el manuscrito de  La Regenta…

Y por último, vamos a seguir el recorrido madrileño de una de sus narraciones

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid

Doña Berta, de Leopolodo Alas «Clarín».

En uno de sus más conocidos y entrañables cuentos “Doña Berta” una parte se desarrolla en Asturias y otra en Madrid…La anciana doña Berta viene a Madrid para cumplir una deuda de amor de su lejana juventud… Ella se hospeda en una pensión de la calle Tetuán esquina a la del  Carmen y desde allí contempla como nieva en la Puerta del Sol, y mira al Ministerio de Gobernación…

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid

Ella iba a la hora del alba a Misa… Y hace una reflexión muy interesante… “La iglesia era su refugio; sólo allí encontraba algo que se parecía a lo de allá. Sólo se sentía unida a sus semejantes de la corte, por el vínculo religioso. “Al fín – se decía – todos católicos, todos hermanos”. Y esta reflexión le quitaba algo del miedo que le inspiraban todos los desconocidos, más que uno a uno, considerado en conjunto, como multitud, como gente. La misa era como la que ella oía en Zaornín, en la hijuela de Pie del Oro. El cura decía lo mismo y hacía lo mismo. Siempre era un consuelo.”

Sólo una o dos veces llegó al límite de aquel caserío que se le antojaba inacabable…pero renunció a tales descubrimientos porque el campo no era campo, era un desierto. ¡Todo pardo! ¡Todo seco! Todo tan diferente del verdor y la alegria de su Posadorio… de su Zaornín

Temía a la multitud…pero sobre todo temía ser atropellada, pisada, triturada por caballos, por ruedas. Cada coche, cada carro, era una fiera suelta que se le echaba encima. Se arrojaba a cruzar la Puerta del Sol como una mártir cristiana podía entrar en la arena del circo.

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid

El tranvía le parecía un monstruo cauteloso, una serpiente insidiosa… La guillotina se la figuraba como una cosa semejante a las ruedas escondidas resbalando como una cuchilla sobre las dos líneas de hierro..

Este tranvía no era una invención del escritor sino una realidad que circuló por Madrid desde el 31 de mayo de 1871, y que iba por raíles tirados por mulas (tracción de sangre lo llamaban).   Partía del nuevo barrio de Salamanca (esquina con la calle Maldonado) hasta el barrio de Pozas en Princesa esquina a Areneros (Alberto Aguilera) pasando por Cibeles, Puerta del Sol calle Mayor y calle Bailén…

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid
TRANVÍA SALIENDO DE LAS COCHERAS HACIA 1871. Un tranvía de tracción animal, un «tram- vía de sangre» como se llamaban entonces, saliendo de unas cocheras aún inacabadas en el primer año de funcionamiento de este revolucionario sistema de transporte público. Salustiano Olózaga _ Presidente del Consejo de Ministros y del Congreso de los Diputados y Academico de la Lengua – presentó una moción para que no se bautizara como «El» tram-via sino «La» tram-via, pero no tuvo éxito.. Archivo Gráfico EMT

En noviembre del 2007 visité una encantadora exposición, en la Plaza de Colón de los antiguos tranvías, autobuses etc. que circularon por Madrid…Lamentablemente la foto correspondiente a esta cartela me salió totalmente movida y borrosa…

De estos tranvías nos han hablado otros escritores de la época,  como   en “Los pasos contados” Corpus Barga, a quien tanto gustaban de pequeño; y  Benito Pérez Galdós, que le dedicó  “La novela en el tranvía”, una breve y divertida narración que sucede a bordo de este tranvía y que fue publicada en La Ilustración el 30 de noviembre y el 15 de diciembre de 1871.

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid

Y seguimos con la entrañable  Doña Berta,  cuando estaba en la Carrera de san Jerónimo y la cruzó y llegó al trance serio, el de cruzar la calle de Alcalá…

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid

Tardó un cuarto de hora en decidirse, aprovechó “una clara” echó a correr y sin novedad entre la multitud que se la tragaba como una ola, arribó a la calle de la Montera y la subió despacio porque se fatigaba…se sentía más cansada que nunca. .

Atravesó la Red de San Luis pensando “debía haber cruzado por abajo, por donde la calle es más estrecha”

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid  y entró en la calle de Fuencarral que era de las que más temía; allí los railes del tranvía le parecían navajas de afeitar al ras de sus carnes ¡iban tan pegados a la acera!    

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid

Al pasar frente a un caserón antiguo que hay al comenzar la calle, se olvidó por un momento del peligro y de sus cuidados para no ser atropellada y pensó “ ahí creo que vive el señor Cánovas…ese podía hacerme el milagro que necesito…

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid

Y ese «caserón antiguo»  existe y es el número 4 de la calle… y en Wikipedia leo:  «En la calle Fuencarral en el n.º 4 tuvo casa, biblioteca y «cenáculo para conspiradores monárquicos»,2​ el político Antonio Cánovas del Castillo, en la década de 1870″.

Leopoldo Alas "Clarin" en Madrid  Ahora la calle es peatonal, pero entonces (y hasta hace poco) tenía sus dos aceras y la calzada, todo un poco estrecho…

Y ya no cuento más…porque no quiero «destripar» o hacer  «spoiler» como dicen ahora, del final de la narración…

 

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