Leí en mi infancia todos los cuentos de Andersen, pero ignoraba que hubiese estado viajando por varias ciudades de España, entre ellas Madrid. Lo he descubierto gracias a la oportuna placa que el ayuntamiento situó, en diciembre de 2012, en el número 1 de la calle Mayor, junto a la Puerta del Sol.
Todos los cuentos de Andersen han formado parte desde mediados del XIX de las fantasías infantiles y, lejos de agotarse, se han visto reinventados muchos de ellos por el mágico cine de los dibujos animados, con lo cual siguen de total actualidad. La música también les ha recreado en fabulosas versiones hechas por los grandes maestros que, quizá, soñaron y sufrieron de pequeños con las aventuras de sus personajes.
Las placas son una gran idea , pero a veces nos pasan desapercibidas, hay que elevar la mirada y recorrer las fachadas de los edificios, pero en lugares muy concurridos de gente y de tráfico puede resultar aventurado hacerlo. Así que fue una tranquila mañana desayunando junto a un balcón del primer piso de La Mallorquina, que está enfrente, cuando me dí cuenta de la existencia de dos placas.
La de la derecha se refiere a Andersen
La otra placa está dedicada al célebre «mentidero» de la Villa…sin duda un precedente de la rápidez de Internet para conocer y transmitir las noticias…En tiempos de Felipe IV se popularizó una coplilla que decía : «Mentidero de Madrid decidme…»
Pero sigamos con Andersen (1805-1872) , que nació en Odense (Dinamarca) en una familia muy humilde como él mismo nos cuenta Interpretando su propia vida como un bello cuento en sus autobiografías: El libro de la vida (1832-33), El cuento de mi vida (1846).
En 1819 se fue a Copenhague en busca de fortuna y lo intentó, sin éxito, como cantante, actor e incluso bailarín, lo cual unido a algunos amores no correspondidos y a su físico poco agraciado, le marcó profundamente…Pero fue la literatura la que poco a poco le rescató y aunque sus primeros intentos con la poesía no fueron bien acogidos, el éxito le llegó tras su primera colección de Cuentos de hadas y narraciones en 1835 y ya fue imparable.
Algunos de sus cuentos estaban basados en leyendas populares danesas y narraciones nórdicas pero, la gran mayoría, son pura invención de su fantasía,
Realmente sólo unos quince cuentos , de un total de ciento cincuenta y seis, pertenecen a la tradición oral
según podemos leer en la p. 390 del libro de Miguel Díez R. y Paz Díez Taboada, «La memoria de los cuentos. Un viaje por los cuentos más populares del mundo», un texto muy documentado sobre el tema y que se publicó en la colección Austral en 1998.
Por su genial fantasía, por su acento maravilloso, poético y melancólico, por la emoción y el sentido del misterio de las fuentes naturales, los cuentos de Andersen constituyen un mensaje universal y forman parte del patrimonio cultural de los hombres y niños de cualquier tiempo y país. En la memoria colectiva occidental estarán vivos por mucho tiempo «La reina de las nieves», «El patito feo», «La princesa y el guisante» o «El firme soldadito de plomo» (p.390)
En 1911 muchos de sus cuentos fueron presentados en ediciones de lujo, para las que se contrató a Edmund Dulac, uno de los mejores ilustradores de la época. Él nació en Francia en 1882, pero se naturalizó como ciudadano británico en 1912, y murió en Londres en 1953.
Son famosas sus ilustraciones de las obras de las hermanas Bronté. Más tarde, ya muy prestigiado, ilustró Las mil y una noches (1907), La Tempestad de Shakespeare (1908), y las Historias de Hans Christian Andersen (1911) entre otras.
Como decíamos al principio sus cuentos e incluso su vida han sido llevados al cine. Podemos verlo en este interesante enlace.
En 1999 se estrenó la película de «Fantasia 2000» de Walt Disney. En ella está el Concierto para piano nº 2 de Allegro de Dmitri Shostakóvich, sobre la base del cuento de Hans Christian Andersen «El soldadito de plomo». Fue escrito como un regalo de Shostakovich a su hijo… quizá por eso el final es feliz en contraste con el de la historia original.
Otros músicos de la categoría de Prokofiev, Zemlinsky o Stravisnsky han evocado en sus partituras a La sirenita, el Patito Feo, o el Ruiseñor…El libreto de la opera «El ruiseñor» de Stravinsky está basado en su bello cuento del mismo nombre, Y en 1914 Prokofiev compuso la suite «El Patito feo» para coro y orquesta, basada en el cuento y Zemlinsky creó una sinfonía inspirada en «La sirenita».
Andersen y Madrid
Pero además de escritor de cuentos, que en realidad son los que le dieron la fama, Andersen escribió novelas y obras de teatro (aunque no con mucho éxito), y muy especialmente libros de viajes, muy de moda también en aquella época. Fue un incansable viajero, recorriendo Francia, Italia, Alemania, Grecia, Turquía, Suecia, España, Portugal y el Reino Unido. De muchos de ellos dejó escritas sus vivencias, descubrimientos e impresiones muy sinceras.
El libro de su extenso viaje por España data de 1863, y merece la pena leerlo. En él veremos que Madrid, a donde llegó en un frío invierno, no le causó muy buena impresión…salvo el Museo del Prado
Una sorprendente joya tiene a pesar de todo Madrid, única en su clase, la galería de arte, una perla, tesoro digno de verse, merece la pena venir a Madrid solo por eso
.También dedica un emocionado elogio cuando contempla en la Plaza de las Cortes la estatua dedicada a Cervantes
la estatua que ante nosotros tenemos caminó en carne y hueso un día por la tierra, fue un rey del ingenio cuyas obras iluminaron todo el orbe culto; su memoria es una bendición. Con toda la facultad de su fuerza viril arrastró cadenas de esclavo; por su patria, por España, sacrificó en la lucha su brazo izquierdo; y sus contemporáneos le dejaron pasar hambre y miseria, le trataron con indiferencia, no supieron reconocer y apreciar su valía.
Y al marcharse de la ciudad dejó dicho
Sentí que Madrid me llegaba al corazón, una vez comprendí el espíritu y la vida inquieta de esta ciudad.
Y ahora vamos a ver como también un pueblo de nuestra Comunidad de Madrid, Villalbilla, le rindió un cálido homenaje en el segundo centenario de su nacimiento, en 2005, al situar en su plaza Mayor, un grupo escultórico dedicado a uno de sus más celebres cuentos, «El soldadito de plomo»
Recrea el momento en que un niño y una niña (en el cuento son dos chicos) recogen al soldadito de plomo que ha caído a la calle, lejos de su adorada bailarina y, en un barquito de papel de periódico, le dejan sobre el arroyo que se ha formado con la lluvia…
El pueblo es Villalbilla, muy cerca de Alcalá de Henares, en plena alcarria madrileña, un pueblo del que contaremos en breve más cosas, y su autor es el escultor madrileño (1964) Pedro Requejo Novoa
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Adoro los cuentos de Andersen… y me encanta poder seguir sus huellas por Madrid. En sus cuentos hay un toque de melancolía que siempre me envuelve, me entristece.
Beso
Hildy
No te contesté en su momento Hildy pero queria decirte que yo tbien percibo ese toque de tristeza y melancolía en sus cuentos sin duda fruto de sus propias experiencias en la vida