Después de admirar a Apolo, seguimos caminando hacia la Plaza de Cibeles y cuando ya vemos a la Diosa en su carroza, aún nos sorprenden dos fuentes a las que las prisas, con las que siempre solemos ir, quizá no nos hayan permitido disfrutar.
Esta es la deliciosa fuente en la que seguramente apenas nos habremos fijado, pero que se merece una paradita refrescante…antes de dedicarnos a la gran fuente de la diosa romana Cibeles, que atrae todas las miradas, tan majestuosa en su carroza portando un cetro de reina en la mano derecha y en la izquierda una llave que simboliza el poder. Fue labrada en mármol por Francisco Gutiérrez, siguiendo el diseño de Ventura Rodríguez.
La carroza es tirada por dos pequeños leones, esculpidos por Roberto Michel también en mármol. Ellos representan a dos personajes mitológicos llamados Hipómenes y Atalanta, cruelmente castigados por esta Diosa
El pintor Guido Reni (Bolonia 1575-1642) pintó su historia, narrada en la Metamorfosis de Ovidio, en un cuadro que podemos contemplar en el Museo del Prado, titulado Hipómenes y Atalanta.
Atalanta temía un oráculo que le había anunciado que cuando se casara se convertiria en un animal… Por tanto y sabiéndose vencedora, retaba a todos sus pretendientes a ganarla en una carrera… pero ninguno lo conseguia. Hipómenes fue aconsejado por Venus para que arrojase sucesivamente al suelo tres manzanas de oro, de las que se encapricharía Atalanta y le permitiría vencerla. Y asi sucedió… y tan enamorados resultaron que se fueron al templo de Cibeles y allí consumaron su amor…lo que fue considerado por la Diosa como un gran desacato y los castigó para siempre convirtiéndoles en leones que tirarían de su carro y jamás se mirarían… tal y como los vemos en la Fuente de la Cibeles en Madrid.
LA FUENTE DE LOS PATOS
Situada discretamente en el final del Paseo (si venimos desde Neptuno) a la mano derecha y frente a la calle de Montalbán, esta original fuente, con sus cuatro patos de alas desplegadas y arrojando agua por sus picos, llegó aquí de la mano del tantas veces mencionado Manuel Herrera Palacios, encargado de reorganizar todo este espacio afinales de los años 50.
No se sabe muy bien su anterior ubicación, quizá el Retiro o la Casa de Campo. En el estanque donde ser vierte el agua también hay dos surtidores que, si no fuera por el continuo tráfico de la zona, dejarían oir mejor su bonito rumor.
En Ciudad de México hay una réplica exacta de La Cibeles que veremos proximamente