El 22 de Febrero del 2008, es decir, hace 13 años visité la Quinta de los Molinos en plena floración de sus almendros en flor. y recorrí toda la Quinta. Ayer, 23 de febrero del 2021, también estuve viendo los preciosos almendros…. pero solo lo que ahora se puede de la Quinta. Voy a contar su historia y a reflejar las diferencias entre un paseo y otro.
Como llegar
La línea 5 de Metro nos conduce a la estación de Suanzes, y la salida de los impares nos deja justo al lado de la Quinta, uno de los espacios verdes más bellos pero quizá poco conocidos de Madrid, calle Alcalá 527.
Su historia y fotografias del año 2008
Desde los primeros años del siglo XIX, y concretamente desde los «feli
ces 20″ existe esta finca, residencia de la familia Corts, propietaria de grandes extensiones de terreno en el término municipal de Canillejas, que entonces era un municipio rural de apenas 1.500 almas, cuyo único transporte a Madrid era un tranvía que salía de Las Ventas.
Desde 1984 un precioso parque a disposición de los ciudadanos.
El patriarca de la familia, don César Corts, construyó aquí su Quinta, una mansión rural y palaciega, de una arquitectura poco convencional, con 50 habitaciones, algunas ocultas y una salida secreta en plan novela de misterio…Pero lo verdaderamente valioso es la riqueza forestal y jardinera que cubre, casi totalmente, las aproximadamente 20 hectáreas que ocupa la finca.
Hay alrededor de 120 variedades de árboles: almendros, plátanos, pinos, eucaliptus, acacias, chopos, avellanos, madroños, higueras, tamarindos, mimosas, olivos, lirios, lilos…Y un precioso estanque
Y dos antiguos Molinos para sacar agua de los pozos,
y acequias y fuentes y una Escuela de jardinería…
Fotografias del 23 de febrero del 2021
Esplendorosa la naturaleza
Y el campo precioso y muchos paseos muy apetecibles para caminar
Pero esto es lo que se ve ahora a duras penas del edificio principal y de uno de los molinos… y tampoco se tiene acceso al estanque, probablemente es que esté todo muy afectado por el temporal de nieve y el consiguiente hielo que hemos sufrido.
Pero merece sobradamente la pena visitarlo y disfrutar de su esplendor.